Macri en la apertura de sesiones: «La obra pública dejó de ser sinónimo de corrupción»

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El Presidente ponderó su primer año de gestión. Y agregó que «la Argentina se está poniendo de pie». Hubo varios mensajes a los K: «Después de una década de despilfarro y corrupción empezamos a normalizar el sector energético».

El presidente Mauricio Macri dijo hoy que la «Argentina se está poniendo de pie» y que ahora «hay menos relato y más verdad». Fueron las dos primeras definiciones en las que hizo un estudiado silencio y se ganó el aplauso de sus ministros y legisladores oficialistas.

Es la segunda apertura de sesiones ordinarias de Macri. El presidente llegó apenas minutos después de lo previsto, pasadas las 11.15. Cuando entró al recinto, sus ministros y legisladores lo recibieron con un primer aplauso sostenido. La izquierda y los K lo esperaban con carteles de protesta.

Aunque se esperaba que el Presidente no hiciera un repaso de la «herencia» como en su debut, en marzo de 2016, la comparación directa e indirecta con el kirchnerismo se traslució en cada una de sus frases. «Después de una década de despilfarro y corrupción empezamos a normalizar el sector energético», fue una de las más fuertes.

 

Macri comenzó a hablar poco antes de las 11.30. «Estoy acá por segunda vez abriendo un período legislativo, espero que este año, en la relación del Ejecutivo con el Congreso, podamos vivir mucho de lo que vivimos el año anterior, con un trabajo responsable y colaborativo. Pudimos ir más allá de las legítimas diferencias, empiezo entonces agradeciendo la buena voluntad de estas cámaras y convocándolas a seguir avanzando», arrancó formal, con un mensaje para el parlamento que lo recibía. Luego metió su primer chiste.

 
«Agradezco a todos los argentinos por entender que los cambios que necesita el país necesitan tiempo. Siempre son muchos los que no quieren que las cosas cambien, que se resisten, ponen palos en la rueda. Tenemos que seguir avanzando aferrados a convicciones y valores convencidos que somos mejores», agregó.

 

Luego, señaló: «Tenemos que seguir avanzando aferrados a convicciones y valores. Rutas, puertos, cloacas, energía, eso que falta hacer y no se hacía porque nadie se animaba al largo plazo a construir en serio. Era más fácil mirar el corto plazo, que puede ser atractivo pero se agota y deja personas mucho peor que antes. Estamos construyendo la estructura fundamental de un país que nos contenga a todos».
«Superamos lo más difícil esta transición y el país está cambiando. Argentina se está poniendo de pie. Aparecen señales de mejora de la economía, 2017 va a ser mejor que el año anterior y lo mismo pasará en 2018 y 19, cada año vamos a estar mejor. Nuestro desafío más grande es sacar a millones de argentinos de la pobreza, necesitamos más acuerdos y realidades, menos exaltación y menos símbolos, menos relato y más verdad», continuó.
Cuando llevaba unos 15 minutos, vendría su mensaje político más directo. Mientras hablaba de la educación, los docentes y la importancia de cuidar a los chicos, mientras algunos opositores le gritaban y Gabriela Michetti pedía calma, el Presidente chicaneó: «No creo que Baradel necesite a nadie que lo cuide». Se refería, acaso, al enemigo gremial más fuerte del Gobierno, nacional y bonaerense. Es la cara visible del paro en la Provincia. Macri sonrió, satisfecho por dejar constancia de sus diferencias con el sindicalista.

 

Enseguida, vendrían las primeras definiciones hacia adelante. «Hoy quiero compartir avances en esa hoja de ruta, para que los argentinos sepamos hacia dónde vamos, el rumbo y la visión de país que proyectamos. Mi principal preocupación y prioridad es reducir la pobreza, espero que mi gobierno se evalúe por el éxito que tengamos en este objetivo».

 

«Quiero hablarles de aquellos que necesitan una respuesta más urgente -siguió sobre el tema-. Recibimos un país donde uno de cada tres argentinos está en la pobreza o exclusión total. Es una cifra real, según las estadísticas del INDEC, que después de muchos años podemos volver a confiar. Es mucho más que un número, son personas que mientras estamos acá esperan soluciones concretas».

 

En este rubro, acaso el más sensible para atacar la gestión, también hubo mensaje a los K: «Pese a los miedos que querían imponer, ampliamos y fortalecimos derechos sociales, principalmente en jubilaciones, asignaciones familiares y tarifas sociales».