La decadencia de Aída Ayala

Politica

No hace falta ser el prestigioso matemático Luis Caffarelli para caer en la cuenta que Aída Ayala perdió el respaldo de la gente. Al menos de una gran parte de los resistencianos, que en el 2011 le dio un respaldo del 56% para que continúe al frente de la intendencia más importante del Chaco, pero que días atrás solo la apoyó en un 46%, para otro rubro, es verdad, pero en una clara muestra de la caída -respecto al apoyo en las urnas- de la jefa comunal.

Tampoco es verdad lo que comenta mucha gente que “a Zdero lo votaron más que a Aída”, porque el derrotado “Zorro” solo colectó el 44%. No obstante, este no es un dato menor. Que un dirigente desconocido para muchos, con mucha actividad partidaria y fundamentalmente en la Juventud Radical, pero con escasa actividad en la administración (algo que debería ser positivo es visto con desconfianza por gran parte de la comunidad).

Pero Ayala no perdió por tan amplio margen solamente por la gestión que hizo el Frente Chaco Merece Más en la provincia, o por lo hecho por Peppo en Villa Ángela y al frente del Ipduv… Gran parte de la derrota de Aida Ayala se dio por la gestión de Aída Ayala. Ella misma se encargó de boicotearse al punto de pasar a ser el futuro del radicalismo en el Chaco a esto, una figura más del pasado que debe dejar paso a los que vienen con fuerza, los jóvenes que sostienen el centenario partido.

DE MAYOR A MENOR

Válido es reconocer que Ayala realizó importantes obras en el comienzo de la gestión… sin embargo, a medida que fueron pasando los años la misma fue decreciendo, como exponiendo que la perpetuidad en el poder no es buena, y que ocho años debería ser el límite de los gobernantes al frente de los cargos.

Calles destrozadas en el centro de la ciudad, más de 150 basurales a cielo abierto, una ciudad sucia, olvidada, con sectores que parece no contar con “avales” para ser tenidos en cuenta. Un claro ejemplo es la calle Mac Lean pasando Soberanía Nacional, donde la avenida de a poco se va transformando en un gran basurero. Un ejemplo de tantos.

El costo del boleto urbano, sin hacerse eco de lo que pide el usuario y apoyando siempre al empresariado colaboraron notoriamente en esta derrota.

En doce años de gestión no solucionó el anegamiento de calles cada vez que llueve con fuerza.

Los barrios se encuentran a oscuras, con calles rotas y un servicio municipal deficiente por donde se lo mire. Vale aclarar que a los vecinos en su totalidad se les cobra alumbrado, barrido y limpieza. Algo que en Resistencia falta (al menos en la periferia).

No basta tirarse la bola respecto a las responsabilidades. Ayala es la jefa comunal de Resistencia y hoy la ciudad lo padece.

En doce años no solucionó el tema del tránsito. No solo no lo solucionó, sino que cada vez está peor. El pueblo se hartó de las multas sin respaldo, donde los conductores -muchas veces infractores, pero otras no- nunca tienen derecho a réplica. Es por eso que días atrás aparecieron pintadas en el juzgado de faltas de calle Saavedra.

No existe personal de tránsito calificado para estos tiempos que corren. Los “zorros” (que paradoja) están a la orden del día para la coima, amenazando con multas estruendosas que de cualquier manera se abonarán. Es más, no se renueva el carnet a aquellos que posean multas impagas, algo que está absolutamente fuera de la ley. ¿Qué genera esto? Más infracciones ya que no se puede circular sin carnet o con el carnet vencido. Una vergüenza.

El incremento del estacionamiento medido, sin previo aviso, y el aumento de calles donde se cobra el EMI aumentaron el malestar con la intendenta. Una persona que trabaja en el centro de la ciudad, que debe utilizar su vehículo por alguna razón y lo estaciona siempre en sectores donde rige el cobro, debe desprenderse de 1000 pesos por mes. Una vez más, no hace falta ser un matemático para ver el golpe al bolsillo que esto significa, ni como se expanden la arcas de la comuna.

Asimismo, lesionó su imagen la cantidad de empleados no registrados, hoy preocupados por lo que sucederá después del 10 de diciembre. Y con razón. Como así también, cuando en campaña aseguró que un empleado del Estado (Provincia), no puede cobrar $4000 por mes, cuando dentro de la municipalidad misma hay muchos empleados que perciben ese monto.

PERDIDA DE IDENTIDAD

Aida Ayala se encargó, además, de echar por borda lo que construyó con tanto esfuerzo el partido de Yrigoyen y San Martín, formalizando un acuerdo con Mauricio Macri -también con Massa, algo inentendible- para quien trabajará en las elecciones nacionales. Claramente, esto lastimó en lo más profundo de los radicales de pura cepa, que se molestaron cuando los actuales directivos nacionales de la UCR hicieron este pacto con Macri, donde Ayala fue más allá todavía.

La ciudad eligió el 20 de septiembre cambiar. Conforme con la gestión de Capitanich en la provincia, buscó lo mismo para Resistencia. De este modo, el radicalismo perdió el bastión más importante que tenía, lo cual augura un panorama negro para el centenario partido en elecciones venideras. Los responsables, seguramente, son muchos, aunque la cara de la derrota recayó con fuerza en una sola persona.