La PSA puso fin a la operación, iniciada en agosto de 2014 tras recibir una denuncia sobre venta de droga en Liniers. El resultado fue el desmantelamiento de una banda de narcotraficantes que operaba en la zona sur del gran Buenos Aires y Capital Federal.
Las primeras tareas de investigación condujeron a un boliviano asentado en la localidad de Ingeniero Budge que mantenía frecuentes comunicaciones con una mujer de apellido Claros Terceros. Ella era la encargada de proveer la droga.
«El seguimiento sobre la mujer permitió llegar un escalón más arriba, a quienes entregaban la cocaína para su comercialización: una pareja de bolivianos también establecidos en Ingeniero Budge, que se comunicaban en quechua para despistar a los investigadores», remarcó la PSA a través de un comunicado.
El jefe de la organización, de apellido Hurtado Castro, quedó involucrado en la causa por ser el encargado de conseguir la droga y entregarla a la pareja de Budge para su posterior distribución.
En el domicilio de su mano derecha y principal colaborador, un hombre llamado Sosa Miranda, quien se encargaba de hacer las entregas en cantidades para distribución, se decomisaron los 5 kilos de cocaína de alta pureza en un galpón, lugar que utilizaban como almacenamiento.
Además, se secuestraron documentos con identidades falsa al jefe de la organización que habría utilizado para salir del país hacia Bolivia y Uruguay.
