El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, competirán por la presidencia de la Nación el próximo 22 de noviembre. Será la primera vez que se concrete una segunda vuelta electoral desde que se habilitó la misma en la reforma de la Constitución Nacional en 1994. Según datos oficiales, con casi el 70% de las mesas escrutadas, Macri se impuso por cerca del 2%.
En 2003, Néstor Kirchner y Carlos Menem deberían haber sido la primera dupla de la historia en competir en un ballotage, pero el ex presidente y ex gobernador de La Rioja desistió de participar, dejando al santacruceño debilitado, con apenas el 22% de los votos. Esta vez habrá segunda vuelta, aunque restan conocer los números.
Apenas había pasado media hora desde el cierre de los comicios, cuando desde el centro de campaña del frente Cambiemos, el influyente secretario de Gobierno porteño, Marcos Peña, salió a anunciar con bombos y platillos que «hay ballotage». Y unas horas después lo ratificó. Pero ante la ausencia de números, faltaba la confirmación desde la otra vereda.
Pasadas las 22, Scioli salió al escenario en el estadio Luna Park. Aunque evitó referirse a un eventual ballotage y pidió «prudencia para esperar el resultado definitivo de las urnas», sus palabras fueron una confirmación de lo que habían anticipado las encuestas y los boca de urna.
En efecto, el candidato del Frente para la Victoria convocó a que los acompañen quienes «antes eligieron otra propuesta» y mencionó con su nombre a su rival. «Si fuera por Macri no tendríamos Asignación Universal por Hijo, YPF ni Aerolíneas Argentinas», acusó, en lo que pareció más un discurso de campaña que la alocución de un triunfador.
Todavía hay que esperar los guarismos, pero los que todavía están en carrera ya lo reconocieron. Unos de manera explícita, otros de forma implícita. Por primera vez en la historia habrá segunda vuelta en Argentina. Es histórico.