Constantes inasistencias del concejal Struciat generan malestar en sus pares del Concejo Deliberante de Quitilipi. Denuncias cruzadas entre radicales, peronistas y disidentes del PJ hacen que las sesiones sean inexistentes.
Continúa la polémica en el Concejo Municipal por distintos criterios de las bancas con respecto al funcionamiento. El edil Julio Struciat, del bloque oficialista que no asistió a las últimas sesiones y sería pasible de descuentos, se presentó para aclarar: “si el secretario está con certificado, que la población sepa que no asistimos porque es ilegal o no válida por su ausencia, nos atenemos al reglamento”.
Además agregó que si no existe libro de asistencias “estamos todos los concejales en las mismas condiciones para descuentos de dietas”. El planteo fue refutado inmediatamente por el presidente a cargo Joselo Osiska, quien aseguró que las reuniones son válidas y están garantizadas por acta, adelantando que se dirigirá al Tribunal de Cuentas para transmitir la inquietud.
Por su parte, el concejal Daniel Acosta del bloque Perón señaló: “el mamarracho que vino a hacer el presidente del bloque de los cobardes, no se queda al debate porque dice que esto es ilegal, siempre huyen cobardemente, me da pena por Quitilipi que esta gente vaya a formar parte del Concejo, esta es la preparación técnica e intelectual que va a tener; sólo vino a anunciar la feria, porque cuando su intendente anunció que no se hacía, se escondieron como ratas debajo de los tirantes”. Criticó también a su par Barnes: “sigue trabajando en el colegio y acá no viene a poner la cara, por ética tendría presentar su renuncia”.
Finalmente acusó al presidente Edgardo Arce: “no viene porque había sido que firmó un chequecito a Jara para que cobre 10.000 pesos; que no nos enteremos que estén arreglando cuentitas con plata que es para obras”