El titular del Banco Nación, Juan Ignacio Forlón, y el secretario de Justicia, Julián Álvarez, dos funcionarios cercanos a La Cámpora, dejaron sus cargos y pasaron a ocupar de manera exprés un lugar en la Auditoría General de la Nación, lo que provocó un escándalo en la Cámara de Diputados.
La designación fue aprobada en la Cámara Baja, pese a que el tema no estaba en el orden del día, lo que provocó fuertes críticas de la oposición. En ese sentido, el kirchnerismo logró imponer su mayoría y, con 128 votos a favor, 54 negativos y 24 abstenciones, consiguió que Forlón y Álvarez no sólo sean promovidos como nuevos auditores, sino que también juraron hoy mismo en medio de un griterío en el recinto.
El radicalismo, el bloque de Unión PRO, el Frente Renovador y otras expresiones minoritarias no aliadas al kirchnerismo se retiraron del recinto para no presenciar los juramentos. Por cuestiones reglamentarias las designaciones de Álvarez y Forlón serán recurridas en la Justicia por la oposición, según adelantaron el jefe del bloque radical, Mario Negri, Graciela Camaño, del Frente Renovador, y Federico Pinedo y Laura Alonso, del bloque Unión PRO.
Una vez consumada la maniobra, diputados del arco opositor brindaron diversas entrevistas, en las que calificaron los nombramientos como ilegales y advirtieron que «se violó el reglamento porque era una sesión especial y el tema no estaba en tratamiento».