Matías Ferrecio, presidente de Argentrigo -que nuclea a los distintos actores de la cadena productiva e industrial del cereal-, destacó hoy las posibilidades de “elevar la cosecha del grano de los 9 millones de toneladas actuales hasta 16 o 18 millones”.
«El producto bruto de la cadena en general está llamada a crecer al doble”, vaticinó Ferrecio al inaugurar la jornada sobre “Desarrollo sustentable de la cadena del trigo”, que se lleva a cabo en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
El empresario -director de Molinos Tassara, con sede en la localidad bonaerense de Junín- consideró que “el trigo puede volver a concentrar la mitad de la superficie dedicada al cultivo de cereales”.
Resaltó luego que existe en el sector “una inversión latente, porque pasar de 3,7 a 7 millones de hectáreas sembradas implicará destinar unos 1.750 millones de dólares”.
“Estaba faltando la pata económica y una política comercial que no perjudique a la producción, porque la renta es necesaria”, añadió Ferrecio.
Destacó luego el impacto social de esa expansión prevista, ya que “el contratista tendrá trabajo todo el año, no sólo seis meses”.
El titular de Argentrigo afirmó que “el productor reinvierte el 80% en sus lugares de origen, lo cual revitalizará las economías regionales y la vida en las localidades del interior”.
Según Ferrecio, la mayor producción permitirá “tocarle el timbre a Brasil y decirle que la oferta estará disponible, en condiciones de calidad”.
Mencionó asimismo las perspectivas de mercados como los de Chile, Sudáfrica y los países de África del Este, “muchos lugares de más difícil acceso pero que están disponibles”.
Ferrecio alentó asimismo una baja en los “costos transaccionales”, ya que “no podemos trasladar el trigo 500 kilómetros, desde los lugares de producción en el este y sudeste de Buenos Aires hasta los de industrialización, porque es plata tirada”.
El titular de Argentrigo consideró “razonable” en ese sentido que se destine a exportación la producción que está más cerca del puerto.