Kapanga recorre nuevos estilos con «Motormúsica»

Espectaculo

Kapanga regresa a las bateas con «Motormúsica», flamante álbum del quinteto que muestra a través de una docena de canciones una mayor inclinación hacia el rock, acompañado por un amplio abanico sonoro y aires poperos, y refleja la experiencia y maduración del sonido que fue construyendo la banda oriunda de Quilmes desde su creación en 1995.
El quinteto que lidera Martín «Mono» Fabio en voz, logró crear un estilo propio a partir del rock y del cuarteto cordobés, y trascender de la mano de «El mono relojero», canción que abrió el álbum debut, «A 15 cm de la realidad», editado por la multinacional EMI, en 1998.
Pero el camino que llevó a la publicación del primer disco de Kapanga no fue sencillo. En una entrevista que Fabio concedió a Télam Rock explicó que desde la discográfica no estaban convencidos de que el disco tuviese una madurez para ser editado.
Pero de la coyuntura social y política de los años 90 y de la sagacidad de Kapanga surgió «El mono relojero», canción que consagraría la apertura de esta banda que irrumpía en el escenario con una propuesta -hasta ese momento no muy popular- que mixturaba el rock, algo de reggae y mucho cuarteto.
«A Duhalde se le había ocurrido la ley de las tres de la mañana y nosotros tuvimos que suspender un par de shows que teníamos planeados para ese fin de semana. De ahí nació ‘El mono relojero’ y automáticamente supimos que estábamos ante la presencia de la canción que nos podía abrir las puertas», relató en aquella entrevista.
Hoy, tras dos DVDs en vivo, el documental «Todoterreno», y ocho discos de estudio, el quinteto que se completa con Miguel «Maikel» De Luna Campos en guitarra, Javier «Memo» Manera en bajo, Claudio Maffia en batería y Mariano «Príncipe» Arjones en teclado, regresan -tras el CD+DVD «¿Mamá dónde estoy?», de 2014- con un solido y contundente «Motormúsica».
Este noveno trabajo discográfico es el primero, en las dos décadas de trayectoria que Kapanga lleva en el circuito de la música, en ser elaborado de forma autogestiva con la entera producción artística de El Chávez y «Maikel», excepto en la canción «Mis amigos», cuya producción estuvo a cargo de Martín «Moska» Lorenzo, de los Auténticos Decadentes.
El álbum comienza con la canción que lo titula, «Motormúsica», popera y pegadiza, que iza el lema «El motor pide agua, la cabeza música» en su estribillo y, por la misma estética sonora pero con un revés lírico al estilo Kapanga: sentimental pero desentendida, suena a continuación «Bajo el árbol».
El riff rockero que introduce a «Es lo mismo», tercera pieza del disco, convive pacíficamente con el ritmo cuartetero que predomina a lo largo de la canción, con algunos toques ska y cuotas metaleras de la mano de la guitarra de «Maikel».
Si bien las canciones de Kapanga siempre se asociaron a la diversión por su ritmo festivo y las más populares resultaron así las más fiesteras, esas que se bailan en jolgorios o animan los tradicionales momentos entre amigos, los temas de Kapanga y más, los que escapan a esa taxonomía, siempre tienen un mensaje para compartir.
La cuarta canción, la híbrida «Descarte», que coquetea con el funk, el pop y aires de rap, cuenta con la colaboración en voces de Guido Ruggiero y Tomás Bacigaluppi, de Lo’ Pibito, y en «Gauchito Gil» se logran condensar casi dos minutos de ese rock enérgico que obliga a mover la cabeza.
«El arte de mentir» es una postal cuartetera de Kapanga, que linda el pop, y luego -siguiendo el Orden de los temas- el rock regresa al disco con «Juntos», pieza que cuenta con la gran dupla del «Mono» y «Piti» Fernández, de Las Pastillas del Abuelo, en voces.
La colombiana Ivonne Guzmán y Ernestina De Luna Campos se suman a los coros de «Tika tika dance», y si hay una canción para bailar es «Mis amigos», un himno para los hermanos de la vida, que recrea historias que más de uno vivió, con la participación de Los Auténticos Decadentes (Martín Lorenzo en percusión, Gustavo «Cucho» Parisi y Jorge Serrano en voces, Guillermo «Capanga» Eijo en trompeta, Daniel Zimbello en trombón y Pablo Rodrí¬guez en saxo).
Delineando con la voz una suerte de tango pero acompañando con los instrumentos una mixtura sonora en la que se pueden encontrar por momentos aires de disco, de funk y de un chill out acelerado, el quinteto realza «Tango driver».
«Motormúsica» presenta en «Cemento» a su anteúltimo invitado del disco: la voz del «Mono» se combina con la de Fernando Ruíz Díaz, de Catupecu Machu, y se entrelazan entre un rock pesado que se condimenta con una viola punzante y punk.
El cierre del disco está a cargo de «SPM», canción compuesta por todos los miembros de Kapanga y que le regala a la mala suerte un canto irónico y con humor, junto a Camilo Carabajal, de Tremor, en bombo legüero.
THE HOJAS SECAS, “VUELVO DE MADRUGADA”
Tercer disco de este combo platense que integra la escudería Indie Laptra junto a El Mató a un Policía Motorizado, que desde el titulo de su nueva producción “Vuelvo de Madrugada” elige contar historias sobre fiestas sin fin, resacas musicales y lisérgicas, y madrugadas a puro clímax erótico y sexual.
El álbum comienza con “Malambo de acero” que con un estructura musical de sello indie, lleva una letra romántica del estilo de los ’70, con interesantes arreglos luego del estribillo entre guitarras y teclados. En la que el cantante se lamenta por el fin de la noche, la fiesta y el festival y por tener que volver a la rutina.
El grupo esta conformado por Lucas Jaubet en voz y teclados, Luciano Canevaro y Santiago Fernández en guitarras, Lautaro Pugliese en batería y percusión, y Franco Jaubet en bajo. Y su anterior CD fue el elogiado “Bailalo”.
La idea de las largas fiestas de fin de semana continua vigente en “La Gloria”, aunque en esta ocasión, las guitarras indies y shoegaze son las protagonistas de un tema en el que Jaubet hace hincapié en el clímax de la bacanal.
Lo sigue “Pelo Mojado” con aires épicos y a brit-pop en su melodía, la voz gastada y la batería marcando los momentos más apasionados de una canción nocturna, triunfadora, hitera y mimosa.
“Otro rock and roll” es pura velocidad entre pop y rock, contando la historia de aquel se siente un extraño en su propia fiesta, en medio de la noche, pero que igual la pasa bien, mientras la base le da velocidad y las guitarras dibujan un muy bonito cierre.
Una guitarra ebria, sucia, al igual que el bajo y la batería abren “El baile del perrito”, que a pesar de tener un nombre de fiesta a pura cumbia, es una postal de la vida barrial, con un estribillo romántico, heroico de una ranchera o un valsesito, con una gran letra y un gran trabajo instrumental. Y así Hojas Secas demuestra que se puede ser romántico sin caer en la cursilería o en lo empalagoso.
“Deslizar” es una oda romántica más rockera, con las guitarras rasguñando la noche, mientras el protagonista le roba un beso a una chica bajo un ficus en un patio del Gran La Plata. Y ese romance rockero sigue en el cierre del disco con “Un Vampiro enamorado”, porque los vampiros góticos son eso: seres enamorados que han perdido los ameres más trascendentales por culpa de su inmortalidad.
Jaubet abre la canción recitando sobre una guitarra hasta la tercera estrofa donde el resto de la banda se suma y le dan un aire más emotivo y vivo a la canción.
EL EXTRA Y LOS IMPOSIBLES, “BUSCANDO LA TORMENTA”
Para despedir el 2015, este combo rockero y country integrado por Guillermo Sica en guitarra y voz; Francisco Viggiano en guitarra; Ezequiel Sampedro en bajo; Damián Gandolfo en batería; Lala Cianfagna y voz, coros; Luciano Gagliesi en trompeta, acordeón, mandolina, guitarra e Inés Copertino en piano y Hammond, lanzo un EP con un espíritu más eléctrico.
El EP abre con “Blues del día” bien campesino con el piano firme marcando el tiempo y el slide dándole trazos finos, mientras la batería parece marcar el tiempo desde un alambique donde se destila whisky casero, conformando una muy buena apertura del EP.
“El viene de lejos” es más festiva con la conducción a dos voces, contando la historia de uno de esos tiradores de los western espagueti, con cara curtida de cicatrices y actitudes densas, con la eléctrica arranco acordes del mejor rock sureño, mañosos y cubiertos de lodo.
“En la ciudad de las luces” tiene unos aires más country, más románticos con la batería suave, la guitarra punteando acordes de buen gusto, a la que suma el piano con buenos arreglos al igual que en los coros del final. Una joyita rockera.
El nuevo trabajo de esta interesante banda se cierra con “Los siete tipos” a puro western, honrando a Akira Kurosawa y a sus “Siete Samurais” y a las versiones espagueti que tuvo a su cargo Sergio Leone. La banda le pone ritmo a una canción de caminos de tierra, viejas chatas campesinos embarradas, asado, empanadas y vino debajo de un árbol.
VALERIO & LOS EXTRAVAGANTES, “VALERIO Y LOS EXTRAVAGANTES”
El pop suave, intimista y cancionero de Valerio Rinaldi reaparece con su nuevo proyecto «Los Extravagantes», editado a fines del año pasado con ocho canciones en las que la melodía está por encima de todo.
Con una trayectoria que comenzó en los ’80 con su grupo Trilogy y Extra, con la cual publicó dos álbumes, Rinaldi pone en primer plano el rasgueo de guitarra y algunos suaves pianos, para que de fondo la canción sea acompañada por punteos y efectos de guitarra que armonizan bellas rítmicas.
Sin ser jugado, el ex integrante de GIT, acierta en apoyarse en el formato canción y en una voz que aporta sentimiento y color, con rasgos de melancolía y escepticismo.
Con ese sentido, Rinaldi canta: «¿Por qué pensar que en la vida norma no vas a encajar? ¿Por qué no intentás cambiar de actitud y enfrentar al verdad?», en «Hola», el tercer tema de la placa.
Las letras no parecieran escritas al azar, sino que, por el contrario, todas ellas son representaciones de un mundo interior que pugna por elevarse por encima de las música, con justas y certeras armonías vocales.
En «Egoísta», Rinaldi traen una canción más bailable, con secuencias y sonidos sintetizados que arrastran aires del under de fines de los ’80 y en «Dirty», las máquinas se ponen al rítmo de un dance oscuro y narcótico, con una letra que rememora noches de puro rock and roll psicodélico.
El grupo lo completan Fres Robic en batería, Tierno Guerra en bajo y Tato Passet en guitarra, voz y coros, mientras que contó con Halasius, Bersalieri y Tiagho Galindez como invitados en un disco que fue masterizado por Emiliano Canal y Michael Etes en el Michael Etes Studio.

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