Lejos de los festejos, los regalos y las flores, la fecha recuerda la lucha de miles trabajadoras que reclamaron —hasta con la vida— por sus derechos. ¿Quienes fueron las escritoras de esta historia?
La lucha de las mujeres trabajadoras, que día a día marchan en pie de igualdad con el hombre tanto en la sociedad como en su desarrollo personal, es reivindicada cada 8 de marzo en los distintos homenajes realizados por el Día Internacional de la Mujer que evoca a aquellas que durante los siglos pasados reclamaron por sus derechos en los distintos ámbitos y las que lo siguen haciendo.
Si bien los primeros registros de la historia poco consideran a las mujeres como protagonistas, hubo investigadores que aseguran que en la obra griega Lisístrata (S.V a.C) su protagonista «realizó una huelga sexual» contra los hombres para que depongan la decisión de iniciar una guerra. Al parecer, ese texto de Aristófanes es un pequeño indicio de que había pensamiento de rebeldía ante las imposiciones masculinas ya en esos años.
Olympe de Gouges es el seudónimo de Marie Gouze, escritora, dramaturga, panfletista y filósofa política francesa, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791). Como otras feministas de su época, fue abolicionista.
Siglos más tarde, la figura de la matemática y astrónoma Hipatia de Alejandría (370-415) surge como ícono de la libertad de pensamiento y autonomía. Murió victima de la violencia machista, reconocida hoy como femicidio. Su figura es reivindicada como el paradigma de la mujer científica y libre.
Tuvo que pasar más de un milenio para que la Revolución Francesa llegara y se convirtiera en el escenario para que las voces femeninas se hicieran oír, esta vez de manera colectiva: una columna de parisinas marchó a Versalles en reclamo de igualdad social bajo el conocido lema «libertad, igualdad y fraternidad». Aquella manifestación fue el primer gran paso para la lucha de género que no figuraba entre los ítems de la lucha de clase.
La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana fue redactado en 1791 por Olympe de Gouges y parafraseaba gran parte de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789. Ese texto es uno de los primeros documentos que «propone la emancipación femenina en el sentido de la igualdad de derechos o la igualdad jurídica y legal de las mujeres en relación a los varones así como el sufragio femenino», destaca el sitio Wikipedia sobre las primeras peticiones formales de derechos políticos y de ciudadanía femeninos.
FloraTristán (París, 7 de abril de 1803 – Burdeos, 14 de noviembre de 1844) fue una escritora y pensadora socialista y feminista francesa. Es considerada una de las grandes fundadoras del feminismo.
Pese a los avances en los derechos de las mujeres, a finales del siglo XVIII y principios del XIX imperaba el pensamiento patriarcal y fue recién a mitad del siglo XIX que los movimientos imperantes lograron fuerza, entre ellos los que reclamaban por el sufragio femenino, la reivindicación de la igualdad, la denuncia de la opresión social, familiar y laboral. Entonces, nacieron los «movimientos sufragistas» con figuras destacadas como la feminista Flora Tristán.
S. XX, el siglo de las matanzas y reconocimientos definitivo de los derechos
Reuters
El 3 de mayo de 1908 se realizó el primer acto por el Día de la Mujer en un teatro de Chicago y estuvieron al frente las socialistas Corinne Brown y Gertrude Breslau Hunt. Éste fue el antecedente de lo que sucedió el 28 de febrero de 1909: en Nueva York se celebró por primera vez el «Día Nacional de la Mujer», organizado por las Mujeres Socialistas luego de la huelga realizada el año anterior por trabajadores textiles que protestaron por las paupérrimas condiciones en las que debían trabajar. Al menos 15.000 mujeres marcharon en reclamo de la reducción de la jornada laboral, mejoras salariales y el derecho a votar. En noviembre de ese año se realizó el «Levantamiento de las 20.000» también conocido como «La Huelga de las Camiseras» que significó la protesta de miles empleadas textiles.
En noviembre de 1909 comenzó la «huelga de las camiseras» en New York. Fue dirigida por Clara Lemlich y apoyada por la Liga Nacional de Sindicatos de Mujeres Estados Unidos.
Un año más tarde se realizó la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, donde el reclamo central fue el sufragio universal para todas las mujeres y, a propuesta de Clara Zetkin (líder del levantamiento de las 20.000, perseguida gremial y miembro del Partido Comunista), se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. La moción fue respaldada unánimemente por más de 100 mujeres procedentes de 17 países. De ella también participaron las pioneras en la reivindicación de los derechos de las mujeres Rosa Luxemburgo, Aleksandra Kolontái, Nadezhda Krúpskaya e Inessa Armand.
Como resultado de la conferencia del año anterior, el 11 de marzo de 1911 se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. De los distintos actos participaron más de un millón de personas que volvieron a exigir por el derecho a votar, a ocupar cargos públicos, a tener igualdad laboral y académica. Pero, seis días después (25 de marzo de 1911), 143 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes, murieron en el terrible incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist (Nueva York). Este hecho fue bisagra para las mujeres.
Incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York. 25 de marzo de 1911.
Años más tarde, durante la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa hubo una serie de conflictos que tuvieron a las trabajadoras de pie y las huelgas representaban su modo de hacerse escuchar. Poco después de la Revolución de Octubre, la activista feminista Alexandra Kollontai (primera mujer de la historia en ocupar un puesto en el gobierno de una nación que consiguió el voto femenino, el divorcio legal y el aborto) logró que el 8 de marzo sea considerado como celebración oficial en la Unión Soviética, en lo que sería el primer escalón para institucionalizar ese día como una celebración oficial y no laborable, objetivo alcanzado el 8 de mayo de 1965 mediante un decreto del Sóviet Supremo de la ex URSS que declaró el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora y no laborable.
Marcha #NiUnaMenos en protesta por los aberrantes casos de femicidio en Argentina. En 2015, 233 mujeres fueron victimas de la violencia de género.
En diciembre de 1977 la Asamblea General de la ONU proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Actualmente todo el mundo conmemora este día como la lucha de las miles de millones de mujeres que en el trascurso de la historia se unieron a los colectivos que reclamaron por los derechos laborales, cívicos, académicos, profesionales y el derecho sobre el propio cuerpo.
En América muchas heroínas fueron protagonistas de las batallas de la Independencia y aún hoy miles de mujeres luchan cada día por el derecho a la individualidad y por su vida. En Argentina, entre enero de 2008 y octubre de 2015, 2.041 mujeres fueron victimas de femicidio.