La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, recibió a un grupo de profesores y estudiantes en el Palacio de Planalto. En el acto denominado en «Defensa de la democracia», la jefa de Estado denunció una conspiración en su contra.
«Estamos aquí para denunciar un golpe», sostuvo la mandataria, quien agregó: «Estamos viviendo momentos decisivos para la democracia de nuestro país». «En los próximos días vamos a demostrar quién honra y respeta la democracia», subrayó.
Y agregó: «El golpe de Estado no es sólo contra mí. Es, sobre todo, contra el proyecto que represento. Esta es la característica más obvia de este tipo de fraude».
A la mandataria se la vio preocupada por su presente y visiblemente acongojada. Sin embargo, manifestó estar fuerte y agradeció el apoyo de sus partidarios: «Gracias por la fuerza que me dan. Estoy fuerte», remarcó.
Tras destacar algunos logros de su gobierno, volvió a referirse a lo que definió como intento de desestabilización y golpe: «Si aún había alguna duda acerca de la estafa y de la farsa, sólo hay que mirar que hay un golpe de Estado en curso. Existen dos jefes del golpe» (en referencia al presidente de Diputados, Eduardo Cunha; y al vicepresidente Michel Temer).