Era cuestión de tiempo. La situación compleja que atraviesa hoy el empresario de la construcción Lázaro Báez, de estrecha relación con la familia Kirchner, iba a complicar a Jorge Milton Capitanich y a otros referentes de la política K en la provincia. La justicia dictaminó que se allane la empresa Sucesores de Adelmo Biancalani S.A., que fue adquirida por Austral Construcciones en medio de un proceso de quiebra que roza lo fraudulento. La construcción inconclusa de la ruta provincial Nº 7 es la gran muestra de la corrupción que une a Capitanich con Lázaro Báez.
Domingo Peppo, cada vez con más peso dentro del escenario político nacional, y ya el máximo referente del peronismo local, debe afrontar innumerables promesas de obras realizadas por Capitanich –algunas de las cuales empezaron, pero la gran mayoría con todo el proceso por delante- y claramente no cuenta con los recursos necesarios para enfocarse en esas obras que complican al sector de la construcción, desde el albañil hasta el dueño de constructoras que apostaron a trabajar para el gobierno; en algunos casos con favorables resultados, pero muchos también con una realidad que hoy complica.
No es necesario ser un experto para darse cuenta que el gran responsable –en la provincia- de esta situación, es Jorge Milton Capitanich, dejando a Peppo en una situación más que compleja.
IRREGULARIDADES
Mientras Leonardo Fariña declaraba en tribunales ante el juez Casanello, el intendente de Resistencia jugaba al fútbol con glorias de Sarmiento y For Ever. Seguramente, no suponía que lo que este insulso personaje dijera, pudiera acarrear consecuencias hacia lo que fue su gestión. No fue así.
Si bien el allanamiento realizado ayer en una parte de la empresa Sucesores de Adelmo Biancalani (que el juez allanó por considerar que es esta una de las tantas firmas de Báez), no involucra directamente al jefe comunal capitalino, la situación puede agravarse.
El caso conocido públicamente (que no quiere decir que sea el único), es el de la ruta provincial Nº 7, cuya licitación fue ganada –obviamente- por Sucesores de Adelmo Biancalani S.A. Si bien la licitación se realizó en junio de 2011, hoy resta construir 45 kilómetros para concluir el anillado de rutas pavimentadas que interconectan importantes localidades de la región. Esto fue corroborado días atráspor Víctor Zimmermann, responsable del Plan Belgrano que se comprometió a finalizar la obra.
El dato a investigar es si Báez cobró todo el dinero de esa obra -$202 millones-, y de ser así, averiguar los motivos que hicieron que Capitanich nunca haya denunciado eso. Averiguar no será difícil para los investigadores, ya que la financiación de esta construcción correspondía a Vialidad Nacional, ente hoy manejado por el oficialismo.
Pasando en limpio: Si Lázaro Báez adquirió una empresa en quiebra, posteriormente esta empresa propiedad de Lázaro Báez ganó licitaciones de múltiples obras en la provincia manejada exclusivamente por Capitanich, Capitanich deberá dar explicaciones y mostrar los papeles que lo despeguen de cualquier sociedad con Báez. Esos papeles hoy están en Casa de Gobierno, seguramente. ¿Será por ese motivo que el pasado jueves el intendente se reunió casi de improvisto con el gobernador?
Más complicada será su situación si el juez corrobora que la obra denunciada por legisladores provinciales de la oposición fue abonada en su totalidad (no de acuerdo a lo ejecutado, como corresponde), en caso que no existan denuncias realizadas por Capitanich de esto.
FALTA DE OBRAS
El pavimento es hoy por hoy el peor enemigo del intendente. Las promesas de campaña (5.000 cuadras de pavimento en 4 años) parecen ser una utopía, donde el tiempo material no alcanzaría para llegar a esa meta.
Pero aunque no llegue a ese número, una buena política de pavimentación podría realzar su imagen, hoy demacrada.
Sucede que Capitanich, en su laberinto, se encarga de echar nafta al fuego, cuando en la inauguración dijo que pavimentará el acceso lateral del Resistencia Shopping Mall y, de paso, las cuadras que separan a la avenida Sarmiento de la avenida Italia.
Entre la noche del viernes y la mañana del sábado, en la ciudad llovió. No mucho, pero llovió.
El agua caída hizo en muchos barrios que salir sea imposible. La necesidad de obras en la zona sur, norte, y oeste de Resistencia son infinitas, donde transitar en días normales es difícil, mucho más cuando llueve.
Pasó el tiempo “Prudencial” de acomodamiento de la gestión. Es hora que Capitanich tome las riendas y empiece a construir calles; o al menos a mejorar las existentes y enripiar las que hoy están destrozadas.
O bien, los vecinos deberán esperar que Gustavo Martínez continúe con su expansión y dé las respuestas que desde el ejecutivo municipal no llegan.