El encuentro programado este lunes por el gobernador Domingo Peppo donde congregó a intendentes y diputados de todas las líneas partidarias llevó algo de tranquilidad a las azotadas comunas que necesitan imperiosamente de fondos para reactivar la obra pública para calmar el espeso clima que se vive en las ciudades chaqueñas.
*Editorial
De la extensa reunión, los intendentes se fueron satisfechos fundamentalmente con un punto: Peppo se comprometió a tomar cuanto antes el crédito aprobado por la Legislatura y el habilitado por Nación para pagar a partir de 2020, cuando a las provincias ya se les devuelva completamente la retención que actualmente sufren.
Lo que no se dice es que la provincia depende en un altísimo porcentaje de los fondos de coparticipación por un lado, y de otros rubros que bajaban a las provincias tras las diferentes retenciones que el estado hacía, por ejemplo, al campo y/o a las mineras, pero con la disminución por un lado de las retenciones para un sector, y la quita total para el sector minero, la pérdida económica que sufre la provincia es muy grande.
En otras palabras, la devolución de parte de la coparticipación no llega a cubrir el ingreso que se pierde de las retenciones, lo que hace que en el toma y daca, la provincia salga perdiendo.
Y en este aspecto debemos remitirnos a notas realizadas con anterioridad por este medio, donde se mencionaba que Chaco ocupa el cuarto lugar porcentual respecto a la coparticipación federal, cuando de acuerdo a la Constitución Nacional, debería estar mucho más bajo en la escala.
En tal sentido, el reclamo debe seguir existiendo… pero con extrema mesura.
AUSTERIDAD
Días atrás, el gobernador firmó un decreto mediante el cual se restringe el gasto público y todo debe pasar indefectiblemente por el Ministerio de Hacienda.
Cuesta reconocerlo, pero la gestión actual se limita, en los primeros seis meses de gobierno, a pagar sueldos. Punto.
Alcanza con ver los comunicados, donde el 85% de los mismos se refieren a reuniones, y diagramaciones, y acciones, y trabajo conjunto, pero muy pocas inauguraciones, o entregas de viviendas o supervisión de obras.
Pasaron seis meses de una gestión complicada, desde lo interno ya que lo recibido lejos está de ser óptimo, y fundamentalmente desde el cambio de gobierno nacional. Con Scioli, hubiese sido una realidad completamente distinta, pero hoy al frente está Macri; y por más “buena onda” que el presidente divulgue, hasta ahora, la misma no llegó al Chaco. Ojalá no sea en el “tercer semestre del año” que hizo referencia el primer mandatario nacional, ya que es lo mismo que esperar cobrar “el día 32 de cada mes”.