Durante la mañana de ayer se realizó en el hall de la Honorable Legislatura un homenaje y descubrimiento de placa por los 50 años del golpe de Estado al gobierno de Arturo Illia organizado por el bloque de senadores y diputados provinciales radicales.
Entre los presentes se destacó la presencia de alumnos del Colegio Secundario Presidente Arturo Umberto Illia junto a su rector, la ministra de Educación, Susana Benítez, el ministro de Obras y Servicios Públicos, Aníbal Godoy y el concejal Norberto Ast, y senadores y diputados provinciales.
Luego de las palabras de los diputados Adan Gaya y Ernesto Meixner y del senador Rubén Pruyas fue el turno del Vicepresidente Primero del Senado, David Dos Santos, quien dio un emotivo discurso.
“Este discurso no puede tener la estridencia de una arenga partidaria, más bien, debiera ser expresado con la solemnidad de un responso, dado que estamos recordando un hecho luctuoso, aquel golpe de estado de 1966 que dio muerte a un período democrático de nuestro país”, fueron las primeras palabras de Dos Santos.
Luego resaltó las virtudes “de aquel valiente y sereno presidente despojado ese 28 de junio del poder, dueño de virtudes que aumentan su brillo con el paso del tiempo y exacerban el contraste, en la medida que nos sumergimos en la realidad que hoy vivimos, ejemplo de honestidad, inmensamente humano, eficiente gestor del crecimiento, del desarrollo, y de la grandeza de la nación, pero su siembra no germinó, de ser así, en 50 años hubiera sido hoy el orgullo de una gran sociedad y no una joya perdida en el largo y sinuoso camino de nuestra historia”.
También destacó las palabras del “demócrata y pacifista”: “La democracia es el ordenamiento más congruente con la paz, y es en la paz donde se multiplican los logros del intelecto y la oportunidad de incorporarlos a la vida de todos. Ella nos exime de andar alerta como andan los corazones cuando el cuerpo peligra”, además subrayó que fue un ejemplo de honestidad ya que eliminó los gastos reservados, vendió su auto para pagar la enfermedad de su esposa porque consideraba un abuso usar fondos públicos para solventar cuestiones personales, incluso rechazó la jubilación de presidente porque no terminó su período de mandato y finalmente trabajó en una panadería luego de ser derrocado para ganarse el sustento.
Antes de finalizar señaló, “Don Arturo, excede hoy como ejemplo de dirigencia de un partido, mi partido, la UCR, alcanzando dimensiones suprapartidarias, continentales, y quizá mundiales como muy pocos hombres determinantes de la historia universal han alcanzado”.