El presidente de Venezuela Nicolás Maduro ha declarado que a su país «nadie le va a aplicar ninguna carta», refiriéndose a la Carta Democrática Interamericana invocada por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, informa Telesur.
Venezuela dará la batalla «en la OEA, en América Latina y el Caribe» porque el pueblo venezolano quiere «paz, tranquilidad, trabajo, prosperidad, unión nacional», detalló.
Maduro demandará a la directiva de la Asamblea Nacional por usurpar funciones del presidente
Nicolás Maduro ha declarado que demandará a la directiva de la Asamblea Nacional (AN) por usurpar funciones exclusivas del presidente, informa el medio. El mandatario ha acusado a los miembros de la derecha opositora de la AN de conspirar con la derecha internacional con el fin de una «intervención extranjera» en el país.
«La Carta Democrática busca abrirle las puertas a una intervención gringa en Venezuela», anunció Maduro. Asimismo, señaló que la derecha nacional está «en fase de desesperación y planea incendiar Venezuela».
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha invocado la reunión del Consejo Permanente del organismo para evaluar todos los elementos expuestos en un informe sobre la situación en Venezuela y debatir si se activa la Carta Interamericana Democrática, hecho que sin duda marca un precedente en la historia de la región.
La arremetida de Almagro se publicó a través de una serie de mensajes en su cuenta de la red social Twitter, en la que da por confirmada la amenaza que ha mantenido desde hace meses contra el Gobierno venezolano, aduciendo una «supuesta crisis humanitaria» y avalando señalamientos de la oposición política de la administración de Nicolás Maduro.
De concretarse su activación, Almagro, se convertiría en el primer secretario general en funciones en solicitar y activar este instrumento a un país miembro que, claramente, está en desacuerdo. La aplicación de la carta al país suramericano traerá consigo una serie de implicaciones de toda índole: social, político, económico y, según algunos especialistas, colocaría a la nación bolivariana a las puertas de una intervención extranjera.