Este domingo los peruanos se acercarán a las urnas para decidir la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales marcadas por la figura de la favorita, Keiko Fujimori. Quince años después de la renuncia de su padre Alberto a la presidencia del país en medio de escándalos de corrupción y acusaciones de crímenes contra la humanidad, estas elecciones decidirán si los peruanos le han perdonado y están dispuestos a tener a otra Fujimori en el poder, o si el rechazo a la dinastía familiar es aún más fuerte y es capaz de dar la vuelta a las encuestas en el último momento.
Es un escenario difícil pero no imposible. Pedro Pablo Kuczynski, economista de 77 años, ha remontado en los últimos cinco días y la diferencia que tenía con su adversaria, de media docena de puntos, ahora se encuentra, según todos los sondeos, dentro del margen de error, aunque siempre a la zaga de “La china”, como se conoce popularmente a la candidata de Fuerza Popular.
La tendencia ha cambiado en la recta final de la campaña. El frente común contra Keiko Fujimori de casi toda la clase política, aunque tarde, parece estar dando resultados. La pregunta del millón es si habrá tiempo suficiente para que PPK, siglas por las que se conoce al candidato, puede imponerse en las urnas.
Tres simulacros de votación realizados esta semana –con mayor credibilidad que lo sondeos– no terminan de despejar la duda. Todos le dan una ligera ventaja a Keiko pero, a día de hoy, nadie pone las manos en el fuego por ella.
La firma GFK, la que más cerca estuvo de acertar en la primera vuelta, anticipa un 50,3% de la intención de voto para la hija mayor de Alberto Fujimori, frente a un 49,7% de Kuczynski. La consultora CPI, en un estudio realizado el martes y miércoles pasado, le adjudica un 51,6 por ciento de votos a Keiko frente al 48,4 por ciento que obtendría PPK si las elecciones se hubieran realizado esos dos días. El margen de error estimado es de 2,3 puntos porcentuales arriba o abajo, «por lo tanto –aclaran los responsables– se necesitarían una diferencia de más de cuatro puntos para hablar de certezas». Datum, por su parte, ofrece números más sólidos para Keiko que lograría, al segundo intento, alcanzar la presidencia con un 52,1 por ciento de respaldo popular mientras que PPK se quedaría estancado con el 47, 9 por ciento.
En Perú no está permitido difundir encuestas ni simulacros de votación la semana previa a las votaciones, pero los guarismos vuelan por las redes sociales y la población los conoce como el resto del mundo. ¿Cuánto influyen a la hora de votar? La pregunta no tiene respuesta. En este escenario los candidatos, ambos de tendencia liberal, quemaron sus últimos cartuchos en el cierre de campaña para intentar arañar los votos de los que dicen que dudan y que las encuestadoras consideran indecisos.
El mayor desafío de Keiko Fujimori es convencer al electorado de que ella no es su padre. En primera vuelta lo logró con el 40 por ciento del electorado pero el resto siguió pensando que si no lo es, se le parece mucho. Este domingo sabrá si superó el reto o tendrá que seguir esperando.