Un grupo de personas de comunidades originarias de General San Martín y Pampa del Indio denuncian que fueron reclutados por una empresa manzanera de Río Negro, quienes les prometieron pagar $600 por día; pero que al llegar allá le hicieron pagar todo, desde el viaje hasta la estadía. Una práctica habitual que no puede frenarse.
Felipe Benítez, uno de los trabajadores reclutados, dejó al descubierto no sólo una práctica enquistada en la ruralidad, la trata de personas con fines de explotación laboral, sino el vacío de políticas de Estado que protejan sobre todo a los sectores de mayor vulnerabilidad ante este tipo de abusos.
El caso que involucra a esta persona y a otras 67, todas oriundas de comunidades indígenas de Pampa del Indio y General San Martín, inició con una propuesta laboral de una empresa de la provincia de Río Negro, para trabajar durante la época de cosecha de manzanas. El grupo aún se encuentra en el Sur, y por estas horas espera por el retorno a su hogar, según explicó, luego de la intervención del área de Trata de Personas de Viedma.
En una entrevista dada a Radio Ciudad, dijo: «La promesa que nos hace en el Chaco es de $600 por día, a otros se compromete a pagarles $400. Era comida libre, nos gustó el precio y fue todo un engaño. Para comer acá teníamos que pagar, sí o sí. Vos no trabajaste un día por estar enfermo y te cobran y si no le mandás el certificado médico te cobran $900 el día. Todos mis compañeros, mis hermanos aborígenes, los que queremos volver, somos 68 personas», relató.
Indicó que recién tras la intervención de Gendarmería Nacional, lo que ocurrió el miércoles, «el encargado de la empresa», les ofreció un colectivo. «Entonces se fueron los compañeros que son de Formosa, que viajaron anoche. A las 2 de la mañana se fueron viajando y aproximadamente a las 12 del mediodía llegaban a Retiro para tomar el colectivo que los lleva a Formosa, son 6 hermanos».
El resto de ellos, al cierre de esta nota, esperaba por otro vehículo para emprender su regreso al Chaco. «La empresa misma lo puso. Nos pagaron algo pero a algunos les queda $1.500 en el bolsillo y no va a llegar hasta el Chaco viajando en sus propios medios», explicó.
Si bien no dio mayores precisiones, todo indicaría que el trabajo ya había terminado por lo que la empresa prescindía de las tareas para las que habían sido «contratados»: «algunos hacíamos poda, otros juntar industria, que es la manzana que está en el suelo, y a algunos le hacían hacer cambiar postes».
La falta de pago a varios de ellos provocó que el grupo se resistiera a abandonar el lugar donde habían sido alojados porque «eran 10 compañeros a los que no les habían pagado, así que nosotros esperábamos hasta que les paguen y recién le desocupábamos la pieza». «El encargado de la empresa nos dice que él quería que nos retiremos, y nosotros no nos queríamos retirar. El tipo estaba con policías pero no había ninguna agresión de nadie. Querían que nos vayamos a la plaza a acampar pero no quisimos porque no cobraban nuestros compañeros y nos quedamos en el lugar en donde estábamos».
«Después que sucedió todo esto acá nos enteramos que siempre fueron estafadores. Acá vino de Viedma la gente de Trata de Personas, vinieron a controlar las cosas y ahí estaba presente la Gendarmería Nacional, entraron, nos preguntaron cómo era la situación. Nosotros le mostramos los recibos, lo que se descontó a la gente, una estafa muy grande de la empresa. Después el dueño, el encargado de todo en la empresa, dijo que él iba a poner el colectivo a la gente, a devolver al Chaco», concluyó.
Informó que en medio de toda esta situación pudieron contactarse con gente de Resistencia que se encargaría de accionar jurídicamente por lo que debieron atravesar más 60 indígenas chaqueños en el Sur del país.
