El chico, que vive en Indonesia, tiene solo 10 años pero pesa 191 kilogramos. No puede caminar por si mismo y tampoco va a la escuela.
Los mayores a cargo del niño aseguran haberlo llevado a distintos médicos de la zona, en la ciudad de Cipurwasari, pero los profesionales de la salud informaron que no había ninguna enfermedad extraña o grave, más que la propia obesidad, publicó en las últimas horas el medio Daily Mail’.
Arya, debido a la preocupación de sus padres, debió ajustar su dieta pero igualmente come cinco veces al día un menú que incluye: arroz, pescado, carne de res, sopa de verduras y una hamburguesa, de tamaño XL,
La madre del menor, Rokayah Somantri, habló sobre la delicada situación que vive su hijo y expresó: «mi hijo está creciendo a un ritmo rápido y estoy preocupada por su salud. No sé de ninguna otra manera para evitar que siga ganando peso que darle menos comida, ya que no tiene mucha disposición para hacer ejercicios».