Un efectivo policial fue sorprendido conduciendo una motocicleta en estado de ebriedad, paseando de su novia, claro está, sin ningún papel del vehículo. Es mas, siquiera el policía llevaba casco.
Inspectores de Tránsito y personal de la Guardia Comunitaria lo interceptaron en un control de alcoholemia por no llevar casco. Al requerírsele la documentación del rodado, tampoco pudo exhibir papel alguno. Lo que sí se observaba a simple vista era el estado de ebriedad que presentaba, con dificultades en el habla y el equilibrio.
El sujeto se presentó inmediatamente como miembro de la fuerza de seguridad, “chapeando”, con el claro objetivo de sortear el control, pero su intento resultó infructuoso. Al someterse al test de alcoholemia, arrojó 1.0, cuatro veces el valor máximo permitido para los motociclistas.
Por esto, se dio intervención a la comisaría jurisdiccional y la motocicleta fue puesta a disposición del Juzgado de Faltas de la Municipalidad y trasladada al corralón.