Micah Johnson, el francotirador que mató a cinco policías e hirió a otros 7 durante una protesta en Dallas, era un veterano del Ejército que pretendía vengar las recientes muertes de dos afroamericanos a manos de policías con las vidas de uniformados blancos.
El joven de 25 años, que fue matado por la policía, había sido reservista del Ejército y fue desplegado en Afganistán de noviembre de 2013 a julio de 2014. Según el New York Times, fue dado de baja del Ejército en abril de 2015 luego de que otro soldado lo acusara de acoso sexual.
Mientras estaba atrincherado en un garage, Johnson explicó a los negociadores de la Policía que perpetró la matanza con el objetivo de «matar blancos, en particular policías blancos» porque estaba «enojado» por los abusos de las fuerzas del orden contra los negros.
El sospechoso también declaró que «no estaba afiliado a ningún grupo y afirmó que había hecho todo solo», según el jefe de policía de Dallas.
Al romperse las negociaciones y tras un intercambio de disparos, la policía decidió hacer explotar una bomba por medio de un robot a control remoto.
Tras la muerte de Johnson, las autoridades allanaron su vivienda en los suburbios de Dallas, donde hallaron «materiales para fabricar bombas, chalecos antibalas, fusiles, municiones y un diario personal de tácticas de combate».
Se descartó que tuviera algún tipo de conexión con alguna organización terrorista, ya sea en Estados Unidos o a nivel internacional. Sin embargo, en su página de Facebook le había dado «Me gusta» a movimientos militantes negros violentos clasificados como «grupos de odio» como el New Black Panther Party (NBPP) y Nation of Islam.
