Según testimonios de testigos y –fundamentalmente- de los bomberos que trabajaron para sofocar el siniestro, la situación tardó tanto en ser controlada porque las autobombas no dieron abasto ante la magnitud de las llamas.
Las llamas que consumieron más de 7 casas del barrio Santa Inés dejaron sus marcas con serios destrozos y generando la desazón en familias que ahora deben fortalecerse y empezar de cero, aun cuando desde las autoridades hubo promesas de afrontar los daños.
Desde lo aportado por testigos del episodio y por agentes que trabajaron para frenar ese incendio, el faltante de agua fue clave para que todas las casas afectadas sucumban. Las autobombas actuantes, tanto de la División Bomberos de Policía del Chaco como de Bomberos Voluntarios, contaban con capacidad máxima de entre 4000 y 2000 litros. Pero la magnitud de la adversidad agotó la capacidad de ese líquido fundamental y los desesperados bomberos requerían toda la ayuda necesaria para combatir al fuego que ganaba más espacios.
Esto se sumó a la dificultad existente para llegar al lugar del hecho que debieron afrontar los bomberos, que independientemente de la cantidad de agua que tenían por autobomba, mucha se desperdició por deber maniobrar a la distancia.
Si bien una unidad se abocó a sofocar las llamas de una punta afectada de la tira de viviendas, en el otro extremo la situación estaba controlándose, pero desafortunadamente se acabó el agua y esos minutos sin suministro desembocaron en el repunte del fuego hasta que el mismo consumió hasta la última casa situada a metros del pasillo donde estaban estacionadas dos autobombas (las únicas que pudieron colocarse allí). Por otra parte, personal experimentado en estas situaciones sostuvieron que la zona no contaba con puntos hidrantes, como sí poseía la Estación Terminal de Ómnibus, visiblemente alejada del sector a intervenir.