Dos salteños que volcaron cuando transportaban a ocho mujeres fueron procesados; todas ellas declararon que viajaban «por turismo».
camioneta Volkswagen Amarok blanca circulaba por la ruta 9 en sentido a Buenos Aires a una velocidad promedio. Pero cuando el conductor advirtió que había un retén policial, a la altura del kilómetro 130, cerca de la central de Atucha, aceleró para intentar eludirlo. A toda velocidad hizo un par de kilómetros por caminos rurales para luego retomar la Panamericana en dirección a Rosario, a contramano. Pero perdió la estabilidad y terminó su alocada carrera en un zanjón.
El chofer y su acompañante no estaban solos: en la parte trasera había ocho mujeres, todas chinas. Unos y otros, protagonistas de una clásica maniobra de tráfico de personas.
El conductor de la camioneta 4×4 y su acompañante, detenidos a fines de mayo por la policía bonaerense, fueron procesados con prisión preventiva, acusados del delito de facilitación de la permanencia ilegal de extranjeros en el país con el fin de obtener un beneficio en concurso real con el delito de resistencia contra la autoridad.
La decisión fue tomada en las últimas horas por el juez federal de Campana, Adrián González Charvay. Los dos acusados fueron identificados por fuentes judiciales como Rubén Montoya, de 27 años, y Martín Flores, de 42. Ambos son de San Ramón de la Nueva Orán, en Salta.
Si bien la pesquisa está en plena fase de profundización, se sospecha que las mujeres chinas eran traídas a la Argentina para trabajar y que los dos procesados son el eslabón más débil de una organización criminal dedicada a ingresar ilegalmente a extranjeros por la frontera norte.
En abril se conoció un caso similar de trata de ciudadanos chinos que ingresaron ilegalmente en el país al cruzar de Bolivia a Salta. En esa oportunidad, una patrulla de la Gendarmería sorprendió a un hombre que estaba estacionado con una camioneta en la ruta provincial 3, cerca de la localidad salteña de Horcones. Al notar movimientos en el monte cercano, los gendarmes fueron atacados con disparos. Tras un corto tiroteo, los agresores se rindieron y los gendarmes pudieron comprobar que los tres atacantes detenidos transportaban a ocho ciudadanos chinos.
«La facilitación de la permanencia irregular de las ocho ciudadanas de origen chino en el territorio argentino se encuentra debidamente acreditada a partir de las actas confeccionadas por la Dirección Nacional de Migraciones. El beneficio económico de parte de los aquí encausados se encuentra suficientemente acreditado, ya que se halla estrechamente vinculado a la situación migratoria irregular de las ciudadanas de nacionalidad china ingresadas en el país, a lo que se adjunta lo manifestado por varias de ellas en cuanto a las sumas de dinero que, si bien no habrían entregado directamente a los aquí encausados, abonaron en concepto de comisiones, transporte y alojamiento», afirmó el juez González Charvay en su resolución.
«Paquetes turísticos»
En sus declaraciones testimoniales las ocho chinas fueron extrañamente coincidentes: dijeron ser turistas. Una de ellas, identificada como Yuting Zheng, explicó que la agencia donde había comprado el pasaje de avión armó «un paquete turístico» a fin de que pudiera realizar diferentes excursiones. Agregó que el único que sabía que se iría de viaje a Bolivia era su padre y que a su marido no le había dicho nada porque se habían peleado.
Zheng contó que había pagado 900 dólares por una serie de excursiones y que en Bolivia una persona le ofreció llevarla a pasear por la Argentina y otro países limítrofes. Recordó que salió de China el 16 de mayo pasado rumbo a Bolivia y que llegó a destino después de hacer varias escalas. No pudo precisar en qué hotel se alojó. El pasaje de ida y vuelta le salió 2700 dólares.
Otra de las mujeres, Lin Lian Yu, afirmó que no pensaba venir a la Argentina, que había viajado a Bolivia desde China por «turismo». La travesía la inició con su hermana, Lin Liang Zhu. Sostuvo que en Santa Cruz de la Sierra se le acercó un hombre que hablaba «muy poco en chino» y le ofreció pasear por países limítrofes. Aceptaron la propuesta y acordaron pagarle 200 dólares por el transporte y el hospedaje. El viaje hacia territorio argentino fue por etapas, con cambios de vehículos y durmiendo en casas en muy malas condiciones higiénicas, precisó.
Zhuang Xiaoxia aseguró que no pensaba viajar a la Argentina, que su destino era Ecuador, donde estuvo diez días. Dijo que el viaje lo pagó y se lo programó una agencia de turismo de Fuquin, en China. Contó que pagó 800 dólares por el paquete de excursiones. Había tomado el avión en Shanghai. Al igual que sus compatriotas no pudo recordar el nombre del hotel donde se alojó.
Al repasar los ocho testimonios el relato coincide: vinieron a América del Sur como turistas. Pero para el juez González Charvay «Montoya y Flores facilitaron la permanencia ilegal de las ciudadanas chinas en el territorio argentino e ingresaron por lugares no habilitados o no sometidos al respectivo control migratorio, aprovechando tal situación irregular con el fin de obtener, en definitiva, un beneficio económico».
Fuente consultada: La Nación