Este 3 de julio, se cumplen 45 años de la muerte del llamado «El poeta máldito del Rock», Jim Morrison; por lo que a nivel mundial se lo estará conmemorando y recordando, a quién fue el vocalista de The Door.
El rock está repleto de mitos, grandes estrellas, figuras legendarias. Un selecto grupo, por su vida y su muerte, está en el Olimpo del Rock. Jim Morrison es uno de ellos.
Nacido en Florida en 1943, el trabajo de su padre como militar le hace moverse constantemente por EEUU, sin llegar a generar un sentimiento de arraigo con amigos o lugares. Su refugio era la lectura y la poesía.
Tras pasar por la Universidad Estatal de Florida, estudia cine en la UCLA, encontrando en Los Ángeles el lugar idóneo para dedicarse a la poesía, su gran pasión.
Era la época del nacimiento de la cultura hippie y de sus primeros contactos con las drogas psicodélicas. Esta etapa marcará su vida, y conocerá a Pamela, su complemento y amor incondicional, cuya relación abierta y tormentosa será una constante.
Por esa época, un joven Ray Manzarek queda asombrado de su poesía, y le propone crear un grupo de música que vaya más allá en su arte. Ray Manzarek a los teclados, Robby Krieger a la guitarra, John Densmore a la batería y el propio Jim Morrison a la voz. Acababan de nacer The Doors.
El grupo comienza a tocar habitualmente en el bar “Whisky a Go Go”, donde a su estilo característico se van uniendo los rasgos de Jim Morrison. Su creciente adicción a las drogas y el alcohol, junto a su capacidad de improvisar letras, era un cóctel explosivo. Y explotó. Una noche, versionando la canción “The End” con el relato de Edipo, pronunció una rima que daría inicio a sus constantes polémicas: “¿Padre? / Sí, hijo/ quiero matarte…./ ¿Madre? / quiero….follarte”.
A raíz de la enorme polémica desatada y del éxito entre el público, el grupo es fichado por la discográfica Elektra Records en 1967, publicando su primer disco “The Doors”.
Jim Morrison pasa de ser un chico tímido y vergonzoso, que incluso llegó a cantar de espaldas al público por su miedo escénico, a ser el líder indiscutible del grupo, su máxima referencia. Hasta el punto que siempre estaba en el centro de la polémica, con actuaciones provocativas que llevaron a las autoridades a prohibir algunos de sus conciertos.
Las drogas y el alcohol, la experimentación y el contexto, provocaban que muchos conciertos terminasen con auténticos enfrentamientos con la policía, generando muchos disturbios.
Uno de los más sonados se produjo el 9 de diciembre de 1967, en el New Haven Arena, donde antes del concierto, mientras mantenía relaciones sexuales con una “groupi”, es reprendido por un policía que no lo reconoce, llegando a ser atacado con un spray de pimienta. Ya durante el concierto, Morrison comienza a insultar a la policía describiendo el suceso, lo que provocará su detención. Es la primera estrella en ser detenida en medio de un concierto.
Sus problemas de adicción se agravan, con un colapso durante la gira europea. Desde el año 1969, comienza a utilizar los conciertos para dar discursos sobre su ideología, llamando a la revuelta, a la libertad de acción y pensamiento. Míticas son sus actuaciones del “Rock is Dead” el 25 de febrero y del “Dinner Key Auditorium” el 1 de marzo.
Cada vez más adicto al alcohol, entró en una etapa de hermetismo, donde trata de implantar un giro más hacia el blues a la banda, limitando sus apariciones públicas a los conciertos.
También aumentan sus problemas con la ley, siendo juzgado por escándalo público tras ser acusado de haber mostrado el pene y masturbarse durante un concierto. Todo esto le llevará a abandonar la música en 1971, en el punto máximo de su fama y convertido ya en leyenda viva e icono del rock. Y todo para irse a París a dedicarse a la poesía, su auténtica pasión.
Pero el 3 de julio de 1971, Jim Morrison aparece muerto en su bañera del piso parisino, con sólo 27 años. Tras de sí dejaba un legado musical impresionante y un no menos importante, aunque más desconocido, legado poético, con varios libros y algunas recopilaciones póstumas.
Su muerte siempre tuvo un halo de misterio. Desde el infarto de la versión oficial hasta la sobredosis de heroína o cocaína, pasando incluso por quienes defienden que Jim Morrison habría fingido su propia muerte para encontrar su ansiada libertad, leyenda que incluso miembros de la banda llegaron a sugerir.