El gobernador del Chaco expuso un escrito en el que habla de la organización partidaria en la actualidad, particularmente del rol de oposición en el que se encuentra el Partido Justicialista. Aseguró que no es un lugar en el que les guste estar, pero que lo saben respetar.
Domingo Peppo, el gobernador de la Provincia del Chaco, escribió una columna de opinión en la que expone sus concepciones y la visión que tiene sobre el peronismo por estos días, en los que el gobierno nacional está a cargo de Mauricio Macri, del que se diferencia pero que respeta.
En ese sentido hizo referencia al rol que tiene el PJ en ese ámbito, de oposición, pero que en distintas provincias lleva adelante las titularidades de los poderes ejecutivos.
A continuación, reproducimos las palabras del mandatario provincial.
Un peronismo que se renueva para construir
*Por Domingo Peppo.
«En la acción política, la escala de valores de todo peronista es: primero la Patria, después el Movimiento y luego los hombres. Y porque sabemos que «primero la Patria«, es que somos absolutamente respetuosos de la voluntad del Pueblo, que hoy nos puso en el rol de oposición a nivel nacional, un lugar en el que a los peronistas no nos gusta estar, pero que sabemos respetar.
Primero la Patria, después el Movimiento. Del Movimiento nos tenemos que ocupar ahora. Revalorizarlo, o dicho de otra forma, ponerlo en valor, hacer como Favaloro, que puso su vida al servicio de los demás con honestidad innegociable, pero también como Gatica, que besaba la lona y se levantaba con más fuerza.
Debemos revalorizar el Movimiento para recuperar la Justicia Social, porque nadie más que el peronismo en el ejercicio del poder puede garantizarla. Los dirigentes que tuvimos la fortuna de conquistar el gobierno en nuestros distritos lo sabemos y mantenemos la llama encendida a pesar de tantos dolores.
Sólo los peronistas sabemos lo que este momento significa para nosotros: hemos perdido el gobierno, pero también nos han golpeado la deslealtad y la corrupción desde adentro. Esa es la cruda realidad y ahora, además de la autocrítica política, nos debemos la reprobación moral, el reproche por no haber sido capaces de ver que algunos compañeros estaban rifando décadas de luchas y compromiso con el pueblo.
De nuevo una verdad: «Ningún peronista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. Cuando un peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca». Es una verdad irrefutable, y por eso le decimos a la Justicia que no vacile, que escarbe hasta los huesos y extirpe cada elemento corrupto. No los queremos cerca. No son peronistas.
Pero tampoco miremos el pasado con desdén. No nos equivoquemos: somos parte de un proyecto político que trajo mayor acceso a derechos, oportunidades de crecimiento e inclusión. Miles de familias accedieron a su primera casa, a su automóvil 0 km; hombres y mujeres pudieron terminar sus estudios secundarios, jóvenes encontraron el primer empleo y luego pudieron conseguir un crédito para construir su hogar, científicos que se habían ido regresaron, y todo eso fue posible porque hubo un proyecto integrado por personas con convicciones claras, que defendieron los valores del justicialismo y priorizaron la dignidad humana antes que los intereses económicos de grupos monopólicos, o los intereses propios.
Debemos separar traidores y corruptos, y bregar por una Justicia que caiga con todo el peso en quienes mancharon a la función pública y a un movimiento que se hizo con gente honesta y trabajadora, pero también debemos defender las conquistas, apostando a una renovación que nos permita -desde la oposición- aportar, crear y buscar el espacio para poder volver a conducir los destinos del país.
Tenemos muchas cosas para criticar, pero muchas más reivindicar, y también tenemos que estar preparados para reconstruirnos, porque nuestro movimiento no nació para ser oposición: el Peronismo es para transformar la realidad de los que menos tienen y luchar por las desigualdades que tanto nos duelen y que sabemos que existen.
Reunamos fuerzas para lograr un verdadero Federalismo. En este año tan especial, donde recordamos el Bicentenario de aquel primer grito federal, tenemos que reivindicar los valores que plantearon aquellos patriotas, cuyas banderas levantó nuestro líder Juan Domingo Perón, y que constituyen nuestra doctrina. Este legado es fundamental para lograr un país socialmente justo, económicamente libre y políticamente soberano, que garantice la dignidad humana y el bien común.
Renovar el partido significa resurgir desde la amplitud y la capacidad de incorporar a todos los que persiguen nuestros mismos objetivos, escuchar las nuevas ideas de los jóvenes y apostar al diálogo por sobre todas las cosas. No debemos ser una oposición que obstruya, sino que aporte a la construcción y al desarrollo de un país con igualdad de oportunidades para todos.
Convoco a todos los compañeros a no abandonar la lucha, a sacar el bastón de mariscal y militar desde las bases, a defender nuestra doctrina y reconstruir un peronismo victorioso, para que aun más chaqueños y argentinos encuentren las oportunidades para vivir plenamente y con dignidad.
Estoy convencido de que el único camino para lograr la felicidad del pueblo es a través de un Estado presente que garantice igualdad de oportunidades y servicios de calidad, y eso se logrará con un Partido Justicialista renovado en donde todos seamos artífices del bien común de la población, y ninguno instrumento de la ambición de nadie, como decía Perón: Primero la Patria, después el Movimiento y luego los hombres».