A sala llena, se inauguró finalmente el Auditorium Irma Miró de Castillo, el sábado 16/07/2016, con un concierto ofrecido por el trío “La Corda d´oro”. Homenaje a quien en su carácter de docente y esposa de Ercilio Castillo, lo acompañó desde su juventud, promoviendo el arte y la comunicación entre niños y adultos.
Como maestros rurales, ambos desarrollaron una labor socializadora, similar a la que tantos otros maestros realizaron el siglo pasado, constituyéndose en pilares sólidos, con principios coherentes, sobre los que niños y jóvenes forjaron sus personalidades.
Para recordar la labor de Irma Miró como docente, su nieta Laura Fragoso leyó la poesía escrita por la hija de una exalumna de la Escuela 340 del Lote 13 (jurisdicción de La Clotilde) fundada por el matrimonio Castillo-Miró, en donde realizaron una acción socializadora de envergadura. Esta Escuela lleva hoy el nombre de Ercilio Castillo, y también del director que lo reemplazó cuando el matrimonio fue traslado a Resistencia, a la Escuela 13 -donada por el filántropo español Roger Balet- ubicada en La Liguria.
La presencia de amigos de la familia Castillo-Miró y sus descendientes; de algunos vecinos y de una gran cantidad de jóvenes, dio el marco especial que necesitaba el acto para ser legitimado como un auténtico homenaje a los docentes y gestores culturales de todas las épocas.
Trío “La Corda D´Oro”
El concierto brindado por el trío La Corda d´oro, con la participación del clarinetista invitado Augusto Cristoso, resultó toda una sorpresa para muchos adultos presentes que no lo habían escuchado antes, aunque pudo percibirse una cierta complicidad (positiva y enriquecedora) del grupo con los numerosos jóvenes presentes, que evidentemente ya sabían de su calidad interpretativa y que finalizado el concierto comentaron que eran estudiantes de música, artistas plásticos o bailarines.
Auguso Cristoso es estudiante todavía, pero aventajado, ya que ejecuta su instrumento desde hace varios años en la orquesta que dirige la profesora María Rosa Alcaraz en el Centro Cultural Nordeste, lo que también hacen los tres integrantes del trío de cuerdas.
La violinista Valeria Buschi, también dueña de una afinada y potente voz, además ejerce la docencia en el Instituto Superior de Música “Yolanda de Elizondo” e integra el Coro Polifónico de Resistencia, en donde es solista en determinadas obras.
El violinista Alejandro Galain, joven y disciplinado como sus compañeros –unidos por el amor a la música, como ellos mismos se definen-integra la orquesta Sinfónica del Chaco y es barítono. Anteriormente había integrado Tango Quinto, la orquesta típica que dirige el bandoneonista Fernando Cassiet.
El tercer integrante, el violista Martín Gómez, es con seguridad el más extrovertido del grupo y portavoz del mismo, pero a la hora de los ensayos y estudio, mantiene el mismo nivel de respeto a la música y de concentración que sus compañeros.
Durante los ensayos –fueron dos intensos realizados en la misma sala de conciertos, de más de tres horas de duración cada uno- demostraron un respeto absoluto a la disciplina musical, lo que se refleja después, como es de esperar, en interpretaciones de calidad, en donde se amalgaman buena técnica, muchas horas de ensayo y dedicación y sobretodo, como ya dijimos, el amor incondicional a la música, que los motiva y fortalece.
Las obras presentadas, muy conocidas por el público habituado a concurrir a conciertos, fueron trasmitidas con convicción y seguridad, y el bis del final, “Chevalliers de la Table Ronde” (los Caballeros de la tabla Redonda) una vieja canción popular francesa de simpática construcción y dedicada a los placeres de la vida, fue la respuesta del trío ante los aplausos y vítores de la sala de pie, aplaudiendo a rabiar.
Fue en definitiva un acto inaugural pero también de homenaje, y no solamente a Ercilio Castillo e Irma Miró, sino al mismo público que concurrió, que llenó la sala y reafirmó una vez más los dichos del pintor Vincent van Gogh, “todo lo que se hace con amor está bien hecho”.
