Sebastián Crismanich habló sobre su retiro y el relevo de la antorcha Olímpica.
A los 29 años, su cuerpo dijo basta y el último deportista argentino en ganar una medalla de oro – en los Juegos Olímpicos de Londres 2012- , se retiró de la alta competencia.
“Mi retiro viene a causa de lesiones que vengo arrastrando desde Londres hasta acá. Lesiones que se fueron haciendo crónicas y causando algunas otras, que me limitaban mucho para seguir en el alto rendimiento. Lamentablemente, hoy mi físico no me permite seguir compitiendo y por eso tomamos la decisión en equipo de retirarnos”, explicó el taekwondista.
Para coronar su trayectoria, Crismanich participó del relevo de la antorcha olímpica de los Juegos de Río 2016, en Florianópolis, y fue el único atleta argentino designado por el Comité Olímpico Argentino (COA), en formar parte de este tradicional recorrido. “Fue una emoción inmensa el hecho de sentir que estaba representando nuevamente a mi país. Es un momento de cambios en mi vida y en mi carrera coronarla de esta manera y haber representado a tantos atletas exitosos de nuestro país y a todo el pueblo argentino, fue un momento único y un prestigio que uno se lleva como una medalla olímpica más a su casa. Realmente guardo estos recuerdos como los mejores vividos en mi carrera”, manifestó el correntino.
En marzo de 2015, Sebastián sufrió una fractura de tibia y peroné en la pierna derecha y estuvo alejado de los tatamis por 11 meses. El correntino hizo un gran esfuerzo para recuperarse e intentar defender su corona en Río 2016. Sin embargo, en el Preolímpico de Aguascalientes de México, cayó en las semifinales ante el dominicano Moisés Hernández en punto de oro, y su participación en la cita olímpica se desvaneció.
“Una consecuencia de las lesiones sufridas fue la no clasificación a Río. Intentamos todo, dejamos todo, y gran parte de lo que hoy estoy sufriendo en el cuerpo, es por haberlo hecho de la manera en que lo hice para clasificar. Lo hice en tiempo record, un tiempo que era imposible de lograr y sin embargo, estuve solo a tres segundos de poder clasificar”, recordó sobre su frustrado intento.
“Si llegaba a ir a Río, sabía que después tenía que entrar en varias cirugías y ver de qué manera seguir. El cuerpo, más en un deporte de contacto como este, y después de tantos años en el alto rendimiento, venía bastante castigado”, agregó.
A pesar de su retiro, Sebastián Crismanich manifestó sus deseos de seguir ligado al deporte: “El taekwondo es todo. No solo es mi pasión, sino que es mi vida porque todo lo que hice y dejé de hacer, giró en torno al taekwondo. Siempre fue mi eje principal, el que me guio en todo, el que me va a seguir guiando, y al que también le debo mucho. Por eso, desde el lugar que esté, voy a seguir aportando”.