Dilma Rousseff calificó al juicio político en su contra como «una pena de muerte política»

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El Congreso define la destitución de la presidenta de Brasil. «No practiqué ningún acto ilícito», señaló Rousseff.

La presidenta (actulamente suspendida) de Brasil, Dilma Rousseff, denunció hoy ante el Senado que es víctima de un «golpe» para permitir un gobierno «usurpador» que aplica un plan de gobierno que no fue votado en las urnas en 2014, al presentar su defensa del juicio político en su contra.

Durante su exposición ante el Senado para presentar su defensa en el marco del impeachment en su contra, Dilma destacó que siempre vio a la Constitución de 1988 como una de las mas grandes conquistas del pueblo brasileño, por lo que «jamás atentaría contra lo que yo creo o practicaría algún acto que sea contraio a los intereses de los que me eligieron».

«Al ejercer la presidencia de la República he honrado el compromiso que asumí con mi país, con la democracia y el estado de derecho. He sido intransigente en la defensa de la democracia», afirmó.

«No está en juego mi mandato, sino el respeto a las urnas y a la voluntad soberana del pueblo», advirtió. Al respecto, señaló que «el impeachment no actúa dentro de la justicia. No práctiqué ningún acto ilícito, todos los actos son de interés para la sociedad».

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