Un jubilado chaqueño contó que no come frutas hace meses y no aguantó el llanto

Sociedad

Fue durante la protesta que hicieron los productores frutihortícolas ante la grave situación que pasa el sector duante el último tiempo. Entregaron frutas a la gente, pero el abuelo nacido en la provincia no pudo obtener ninguna.

La grave situación socioeconómica que vive la Argentina no es una novedad, al menos para el conjunto de la clase trabajadora y el sector más humilde del país, que ve acotados sus bolsillos y que debe hacer maravillas para llegar a fin de mes.

Las cosas no parecen mejorar y el panorama es verdaderamente crudo: las paritarias fueron ínfimas, absorbidas por la inflación, el consumo cayó, la recaudación también, y la economía no repunta contradiciendo la futurología del gobierno nacional durante la época de campaña y los primeros días de gestión al frente del Poder Ejecutivo. Cabe destacar, igualmente, que la crisis no es actual y había comenzado durante el gobierno kirchnerista.

Si existen dos sectores golpeados, en esto de los emprendimientos y las condiciones de vida, son los de la producción frutihortícola y la tercera edad, los jubilados, respectivamente. La actualidad del mercado es difícil para vender la producción de frutas y verduras, al menos para los productores, que reciben ‘ganancias’ que no son tales y hasta ven podrirse sus productos. Para que no suceda lo antes descrito, convocaron a la gente a Plaza de Mayo para regalar manzanas, peras, naranjas y demás. Allí se acercó un gran número de gente, tanto jóvenes y adultos como muchos jubilados.

Entre los abuelos que estuvieron presentes se encontraba un hombre nacido en Chaco pero que hace tiempo vive en Buenos Aires, precisamente en José C. Paz, por lo que tuvo que hacer una larga distancia para llegar a la capital. Comentó a los medios de comunicación que cobra la mínima y que no vive un muy buen presente por la realidad social que afecta a la Argentina. Una vez en el lugar, cuando se dispuso a obtener alguna fruta, le comunicaron que ya no había más.

Posteriormente el abuelo contó lo que vivió en una entrevista con el canal America TV. No pudo soportar su angustia y rompió en llanto: «Hace cinco o seis meses que no como frutas», expresó y se despidió diciendo que «lo último lo quiero vivir como corresponde».

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