Audios filtrados de las declaraciones contra el «cura toquetón»

Sociedad

Hace un par de semanas, luego de dos declaraciones claves, la justicia decidió actuar de oficio en una denuncia de pedofilia que involucra a un cura párroco de una iglesia cercana a Makallé. La fiscal Soledad Meiriño había tomado declaración testimonial al padrino de la víctima y al presunto abusado,-quien hoy tiene 21 años-. Dos son los chicos que hablaron con un laico de la Catedral y contaron los supuestos abusos del párroco.Se trata de un cura párroco que tiene a su cargo el destino espiritual de las congregaciones católicas de dos comunidades, ambas vecinas, a las que se llega por la ruta nacional 16, cercanas a Makallé. Ante ello, el Arzobispado emitió un comunicado oficial, indicando que se abra una investigación para determinar si esas historias fueron reales y que pondrían a disposición de la Justicia todo el material necesario para colaborar.

Estos dos jóvenes que aseguraron ser víctimas de los manoseos de un sacerdote, en el mes de enero realizaron una entrevista con laicos que tienen relación con la Iglesia Catedral, donde contaron los pormenores de la situación. Dichos audios se filtraron y dieron a conocer la versión de los hechos contra el cura en cuestión, de iniciales A.R.F, acusado de “manosear” a jóvenes que colaboraban en su parroquia, entre ellos un monaguillo y un catequista.

 
Audio: Las declaraciones
Dijeron que el sacerdote los manoseó en varias ocasiones en las partes íntimas, incluso una vez le besó el estómago a uno de ellos, pero sólo se animaron a denunciarlo ante los superiores religiosos, hasta hace dos semanas cuando fueron a ver a la fiscal Daniela Meiriño. «Yo tengo amigos curas, pero con el padre A. no tenía confianza, me sentí mal cuando me tocó, hablé con otro joven y me contó que le pasó lo mismo», dijo uno de los chicos, agregando que con el otro muchacho el sacerdote se habría sobrepasado en cuatro ocasiones, dos inclusive en la Sacristía.
«Mi viejo es un pan de Dios, anda siempre con los curas. Cuando le conté lo que me pasó no me creyó y no dije más nada porque no quería tener problemas», indicó el joven y agregó: «Hablé con otro chico, quien trabaja con unos albañiles, y me dijo que ese cura era medio toquetón y que estaba en una escalera cuando lo tocó», detallando que el sacerdote solía saludarlos de manera demasiado efusiva, acariciándoles algunas partes del cuerpo pero en especial las íntimas, adelante y atrás. «Mi idea es que no esté más el cura en mi pueblo, me callé y vi cosas, ahora sólo hablo con mi familia», aseveró.
El otro joven que habría sido víctima de estos supuestos manoseos relató: «Era mi compinche, pero ahora siento rechazo, me da asco», fue lo primero que dijo. «No me pasó una vez, sino cuatro veces y con el mismo cura, yo estaba acostumbrado a tener una imagen sagrada de un sacerdote, respetada, la mejor, incluso con el cura anterior, Jorge. Viajaba de noche, iba a Resistencia, a Colonias Unidas, amanecía con él pero nunca me pasó nada», comparó, «y ahora apareció este hombre y sin un poco confianza siquiera me pasó no una, sino cuatro veces, quedé en shock y no me animé a contar por miedo a que no me crean. El cura es la máxima autoridad del pueblo y quien me iba a creer si decía lo que me pasó, por eso me callé». Sin dudar aseveró que ese párroco esa muy «manoseador, franelero, toquetón, te palmeaba todo el cuerpo, incluso abajo, atrás y adelante, incluso una vez me besó en la panza (sic), y no supe qué hacer».

«El último obispo me escuchó, le conté todo, lo que vi, lo que sentí y me dijo que iba a tomar cartas en el asunto. Mi intención no es que lo echen, no sé cómo es el sistema, pero que si hay algo para hacer con ese cura que lo hagan, que lo traten». «No voy más a la Iglesia, era catequista, ayudaba a los jóvenes en un merendero, pero a esta Iglesia no fui más», agregó.
«A mí me afectó más porque para mí la Iglesia lo era todo. En un principio tiré la toalla con las denuncias porque tenés que andar por allí, soy pobre y necesito trabajar y si tengo que hacer acciones legales deberé viajar a Resistencia y necesitar dinero que no cuento. Tengo una familia muy numerosa y no puedo tomarme una semana para esto y que no pase nada», explicó.
«Cuando hablé con el obispo fue como que me saqué un peso de encima, pero de allí a que haga algo no sé qué pasó. Fue en diciembre pasado», dijo y finalizó puntualizando que «tengo fe en que se llegue a aclarar este asunto».

Fuente: Centro Mandela.-

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