David Hock: el aprendiz de periodista que escribe sus historias con brillantez… y con los pies

Mundo

El joven David Hock nació sin brazos. Tiene 19 años y apenas un vestigio de lo que hubiera sido una mano: tres dedos que surgen de la articulación de su hombro derecho. Así vino al mundo. Y así llegó a Río para ser el reportero estrella de las Paraolimpiadas.

La enfermedad congénita que padece nunca ha sido un problema para David, que también juega al fútbol, hace triatlones, corre medias maratones, toca el sintetizador… y colabora para tres publicaciones alemanas. “No es del todo malo [la falta de sus extremidades]. Sólo es estúpido por la reacción que provoca a veces en las personas”, ha escrito en una publicación. El joven alemán tiene cerca el mejor ejemplo a seguir. Su padre, Bernd. Como él, nació sin brazos. Lo que no le impidió convertirse en un exitoso pedagogo y psicoterapeuta.
El benjamín de todos los corresponsales que aterrizaron en la ciudad carioca es uno de los 10 aprendices de periodista convocados desde Alemania para contar los pormenores de los Juegos para el Paralympics Zeitung, un suplemento del reconocido diario Der Tagesspiegel. Esto como parte de un proyecto internacional de reporteros jóvenes que abarca también a 10 brasileños y dos británicos.
“El jueves por la noche [8 de septiembre] el ruido en el Estadio Río Acuático era ensordecedor. Se debía a que Daniel Dias tenía, al parecer, a cada uno de los 10.000 espectadores en los graderíos de su lado”, escribía el 9 de septiembre el joven reportero en las páginas del diario alemán.
Confiesa Hock que la motivación para asistir a los Paralímpicos de Río le vino tras ver una película: Gold: You can do more than you think [Oro: Puedes hacerlo mejor de lo que piensas]. Un documental que sigue a tres atletas paralímpicos durante un año en su preparación para Londres 2012. Habló con los realizadores del film y lo decidió.

Debía asistir como periodista a las siguientes paraolimpiadas. Por eso se presentó candidato en 2015 a la convocatoria del Der Tagesspiegel, con un artículo sobre la candidatura olímpica de Hamburgo. Hubo más de 265 postulantes. Él fue uno de los elegidos.
“Disfruté mucho de la experiencia”, nos dice ahora que terminan los Juegos. Sobre todo porque allí, en Río, no ha sido el único con una discapacidad: “Me siento parte de todo esto”. Aún le quedan un par de días en Río y David aplasta con pericia los caracteres de un teclado debajo de la mesa con los dedos de sus pies. “Siempre digo que mis pies son mis manos”. Cuando charla con este periódico está prepando la crónica de la competencia que le valió un bronce al nadador alemán Torben Schidtke. La que será una de las últimas que escriba sobre esos Juegos de ensueño y reto para él. De Oro.

Fuente: El Mundo.-

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.