Diseñarán un espacio público en el barrio Mujeres Argentinas

Sociedad

Un equipo interdisciplinario de la UNNE llevará adelante un novedoso proyecto que representa de forma explícita el trabajo de extensión de la Universidad hacia la comunidad. Profesionales y estudiantes de arquitectura, periodismo, diseño gráfico, trabajadores sociales, filosofía e ingeniería agronómica, realizarán el diagnóstico y diseño del espacio público del Barrio Mujeres Argentinas (ampliación) de la ciudad de Resistencia.
Esta iniciativa universitaria tiene una arista que la hace más interesante aún, la forma planteada para alcanzar el objetivo: mediante un proceso participativo y cogestionario.
Ambos conceptos son esenciales en el paradigma de la Arquitectura Participativa, que tiene a la arquitecta María Bernabela Pelli –directora del proyecto- como una de sus referentes. ¿En qué consiste?. “Es una perspectiva del hacer de la Arquitectura que se fundamenta en que las propuestas que pretenden el mejoramiento del hábitat, puedan realizarse de una forma más integral y con una visión más compleja de los problemas y las formas de solucionarlos”.
La arquitecta Pelli se detiene insistentemente en el concepto de “participación”, por su convencimiento de que se está frente a una herramienta de ver “a los problemas como una oportunidad de que la población misma, pueda decidir cómo mejorar su vida, considerando entre otros aspectos, los relativos al hábitat y a la vivienda”.

El escenario

La intervención del equipo interdisciplinario en el Barrio Mujeres Argentinas de Resistencia, pretende dar solución a un problema que se plantea habitualmente en los conjuntos habitacionales de este tipo: la falta de una propuesta integral para los espacios de integración social con los habitantes del entorno. Esta carencia deriva paulatinamente en el abandono de estos espacios comunes.
El proyecto se fundamenta en que “El Barrio Mujeres Argentinas presenta la singularidad de ubicarse junto a un paleo cause del sistema Lacustre del río Negro, lo que supone un desafío ambiental y la oportunidad de recuperar un espacio donde los ciudadanos puedan establecer una nueva relación con el paisaje. El barrio pertenece a un sector de la ciudad de Resistencia condicionado por el territorio natural y la presencia de barreras físicas, tiene serios problemas de accesibilidad y en el coexisten asentamientos informales y proyectos habitacionales que no previeron integración urbana.”

Trabajo de Campo

Para llegar a una propuesta final del diseño del espacio público del barrio, previamente deberá cumplirse con una etapa importante como el “diagnóstico”. Periódicamente todo el equipo profesional realiza reuniones de puesta en común y ajustes del proceso conjuntamente con las familias del barrio.
De estos encuentros participan también representantes de distintos organismos del Estado que tienen injerencia directa en el proyecto, como la Municipalidad de Resistencia, la Administración Provincial del Agua y el Instituto Provincial de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Provincia del Chaco.
El equipo de la Universidad está conformado por los docentes: Marta Giró, Laura Alcalá, Gabriela Barrios, Cecilia Coccato, Noel Depettris, Silvia Cáceres, Nicolás Caballero, Anibal Bennato, Paula Valdés y Alberto Mahave. Los estudiantes: Florencia Medrano, Santiago Poberezny, Paola Oliva, Rosario Olmedo, Verónica Castro, Gabriela González, Malvina Hoyos, Diego Ponzio, Ezequiel Ledesma, Angélica Lotero, Paola Luján Fernández Mafut, Josemaría Prez, Lorena Gruber y Lourdes Poberezny.
“Contar con un diagnóstico, nos permitirá definir el alcance posible de la propuesta definitiva, ajustar el plan de trabajo, la modalidad y el tiempo que demandará la ejecución del proyecto”, explicó la arquitecta Pelli. El trabajo de extensión concluirá con el diseño propuesto y con la documentación definitiva, que quedará en poder de los vecinos previa firma de actas acuerdos con las instituciones intervinientes.

Impactos

Para la arquitecta Pelli esta intervención de la universidad en un barrio de Resistencia es enriquecedora para la formación de los estudiantes, de los mismos profesionales intervinientes y de las familias del barrio. Aportará experiencia en la resolución de problemas que son habituales en el tejido urbano de las ciudades de la región, desde un enfoque participativo y cogestionado.
Pero hay un punto en el que la directora del proyecto se detuvo, y es el referido el aporte que la UNNE les deja a las 6500 personas destinatarias de la iniciativa: es la capacitación en la organización y gestión para la materialización del proyecto y su posterior mantenimiento.
Las instancias preliminares ya dieron inicio y la propuesta final estará lista a mediados de 2017. “Para entonces, estaremos dejando más que una solución urbanística. Sembraremos la idea de otra modalidad de trabajo posible, con la comunidad y las instituciones involucradas en un mismo proceso de diseño, construcción y cuidado del espacio en el que vivimos.”

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