Reanudando el ciclo de homenajes, este martes 20 a las 21 hs., se proyectará “El Gran Dictador”, película de Charles Chaplin. En una versión digitalizada de gran calidad y resolución, en homenaje a ese pequeño-gran hombre que supo interpretar las pasiones humanas y sus manifestaciones y obras desde la fina ironía. La entrada al microcine, López y Planes 336, es libre y gratuita.
Dando continuidad al ciclo de homenaje a gestores culturales, el Centro Cultural Ercilio Castillo ha organizado una serie de proyecciones y conciertos dedicados a artistas de trascendencia internacional, como Alberto Ginastera, Miguel de Cervantes Saavedra y Williams Shakespeare.
En esta ocasión el turno es de Charles Chaplin, un realizador con una inmensa experiencia de vida llena de privaciones y sinsabores, plenamente reconocido internacionalmente luego como expresivo actor y lúcido director de cine, lo que le permitió consolidar con ingenio y calidad una obra inmortal y sólidamente construida, basada en los valores humanos y el sano humor.
Realizada el año 1940, “El Gran Dictador” fue la primera película de Chaplin en donde introduce el sonido, y se constituyó en una crítica feroz y despiadada al régimen nazi, que le costó una dura censura por parte del gobierno de los EE.UU. en ese momento mirando para otro lado y evitando entrometerse ante las persecuciones que comenzaba a hacer Hitler a las minorías de Alemania.
Charles Chaplin había arribado a EE.UU. junto a otros miles de inmigrantes europeos que escapaban de la hambruna del viejo continente producida por la primera guerra mundial, viaje que inmortalizó, también, en la recordada “Carlitos Inmigrante”, y tantas otras de sus desopilantes películas que disfrutábamos cuando niños, más por sus acrobacias increíbles y sus “payasadas” que por el mensaje humanitario y lúcido acerca de una sociedad que actualizaba a cada momento la explotación del hombre por el hombre (lo veremos ridícula pero también cruelmente retratada en “Tiempos Modernos”, del mismo realizador) y la pérdida de los derechos ciudadanos en el marco de la llamada “revolución industrial”, que dio paso, décadas después, a la impersonal y alienante “globalización” que borró fronteras y mezcló ideologías.
Sin quererlo-queriendo, sin embargo, estos mensajes chaplinescos abogando por un mundo más justo y humano nos sirvieron a los niños de las décadas de 1950 y 1960 de inspiración y/o ejemplo en donde abrevar como seres humanos respetuosos de la Ley, de la diversidad y de las minorías.
