El objetivo es que los usuarios se vuelquen de lleno a la tecnología LED, que superan a los objetos en cuestión tanto en calidad como durabilidad y ahorro.
La Unión Europea decidió recientemente terminar con la fabricación de lámparas de tipo halógeno, pero remarcaron que la gente podrá seguir adquiriendo los que aun están en circulación comercial. La iniciativa tiene como finalidad principal el paso a una tecnología más eficiente, como lo es la de LED.
Cabe destacar que las bombillas lumínicas se venderán hasta 2018, según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios.
En 2012, la UE ya decidió acabar de manera definitiva con la bombilla incandescente tradicional, después de más de 130 años de existencia y tras un periodo transitorio que comenzó en 2009 con la eliminación de las bombillas de 100 W y continuó con las de 75 W.
El objetivo de esta directiva europea era no solo reducir el consumo energético, sino evitar los residuos generados por este tipo de bombillas, que eran poco eficientes al transformar la mayor parte de la electricidad que consumían en calor.