Le dijeron que se llamaba Fernando Genaro Chávez. Nunca, en sus setenta y pico de años, lo anotaron en el Registro Civil a pesar de sus insistencias y las de sus familiares. Dijo que muchas veces fue a Juan José Castelli “de a caballo”.
Durante seis meses el familiar que ve a Ferna, que es una sobrina, hizo todo lo posible pero no consiguió localizar ningún testigo, como tampoco papeles o antecedentes en el hospital ni en los juzgados. Hasta ahora no pudieron revisar bien si está anotado en algún lugar. Parece que no tuvieron tiempo. Es la burocracia, que todo lo puede y arrasa con cualquier inquietud y buena voluntad. El resultado es que Ferna no tiene documento de identidad, o sea que es uno de los tantos indocumentados de la Argentina, aunque todos lo conocen. Siempre trabajó en los obrajes y en todas las actividades y changas que se hacen en el campo. No tuvo pareja, hijos, ni familiares que “echaran de ver” por él. Tampoco aparecieron sus patrones.
A Ferna lo están abandonando sus fuerzas, como todos lo hicieron. Casi no puede trabajar. Dice que sólo depende de la “mano de Dios”, que seguramente no es Maradona. Se está muriendo sin nadie. Sus angustias y el hambre hacen estragos en su magro organismo y en su alma. Vive en extrema pobreza. Es una víctima más de la exclusión social.
Documento falso
Por las exigencias y requisitos que le imponen, no tiene documentos ni se le permite sacar. Seguro que no le creen que hace muchos años vino de Salta “de a caballo”, cruzando el monte del chaco salteño y del Impenetrable. Es uno de los tantos salteños o hijos de ellos que dieron origen al criollaje que en Chaco llaman “norteños”, que son hombres duros, estoicos y muy trabajadores, que terminaron arraigándose en el norte-oeste profundo del Chaco, que crían chivos, vacas y algunos caballos, además de cultivar cementera baja para comer. Parecen rudos y rústicos, pero son hombres y mujeres laboriosos e invencibles para vivir en la adversidad, en un territorio que muestra sus agresividades en forma permanente, en donde la falta de agua y de pastura es la faceta más brava. Sin embargo, es el hogar de los norteños, aunque la mayoría de las hostilidades que sufren nacen de las decisiones de los gobiernos o por el abandono en el que viven, con poco apoyo del Estado, y que cuando enferman deben recorrer kilómetros de distancias por picadas arenosas hasta llegar a un Puesto Sanitario que no tiene respuesta, y que estas familias mandan a sus hijos a la escuela saben que no es mucho lo que aprenden por la deficiente formación que se les brinda.
Ferna fue el más chico de una numerosa familia. Aún pretende que el Estado le entregue un documento. Como ocurre en muchos lugares de Argentina, quizás le propusieron entregarle un documento falso para votar, pero no acepta aunque sabe que ni siquiera es un número. Vive solito en el Paraje San Antonio, a 15 kilómetros de Miraflores y a 30 de J.J. Castelli. Está cerquita, pero lejos. Por ahí lo quieren ver en estos días, cuando se realice el “Festival de la Chacarera del Monte Impenetrable”, que se hará el lunes 12, en el Paraje 4 de Febrero, ubicado entre Castelli y Miraflores. Los organizadores anunciaron la presencia de acordeonistas de toda la zona que interpreten el nuevo género musical que identifica a El Impenetrable. Así podrán ver a Ferna y sus intactas facultades desgastadas. A lo mejor se emociona y avergüenza que lo vean. “Es mucho pedir”, dice este paradigmático norteño que espera.
Esta realidad se difundió en el programa “Vos y Voz”, que conduce Hugo Arturo Salmón por F.M-NORTE. En ese espacio también testimonian sobre el fenómeno social de los muchos niños indocumentados que viven en la región. Allí se hace visible la cruda realidad para que se vea como se puede morir de hambre en la Argentina documentada y no documentada.
Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela.
