La vicepresidenta designó a Ricardo Gil Lavedra como su abogado defensor en la causa por el origen del dinero robado en su casa en noviembre pasado, tras la renuncia del estudio jurídico que la venía asistiendo.
Voceros de Michetti informaron a Télam que la renuncia del estudio de Alejandro Pérez Chada «no tuvo que ver con ningún malestar ni desacuerdo» y que «fue una formalidad» ya que la letrada María Masanti «asumió la defensa ante la urgencia con que hubo que actuar en la causa pero no era el estudio que Michetti pretendía para el seguimiento del caso».
La oficina de prensa de la Vicepresidencia precisó esta tarde que «ante la denuncia que recayó en el juzgado de Ariel Lijo el estudio Pérez Chada prestó colaboración para que no se demorara la presentación de Michetti en el expediente».
«Su intervención sería hasta tanto la Vicepresidenta designara al abogado que efectivamente llevará a adelante su defensa en este juicio. El mismo ha sido designado y se trata de Ricardo Gil Lavedra», añade la comunicación de Vicepresidencia.
El ex ministro de Justicia y ex legislador radical, Gil Lavedra, está actualmente trabajando como asesor en el programa Justicia 2020 que impulsa el ministro de Justicia, Germán Garavano, para reformular el sistema judicial argentino.
La abogada Masanti, del estudio que también defiende al presidente Mauricio Macri, presentó hoy la renuncia a la defensa de Michetti en el juzgado federal de Ariel Lijo, a cargo de la causa abierta e impulsada por el fiscal federal Guillermo Marijuan, informaron fuentes judiciales.
La causa fue abierta por la denuncia del abogado Leonardo Martínez Herrero, y los diputados Rodolfo Tailhade y Juan Cabandié, por el origen del dinero robado en el domicilio de la funcionaria y para investigar a la Fundación SUMA, de la vicepresidenta.
El robo ocurrió en noviembre pasado, cuando le sustrajeron 245.000 pesos y 50.000 dólares de su casa, y por el hecho fue procesado y enviado a juicio su custodio, David Cruzado.
Michetti afirmó que, de lo robado, 200.000 pesos que estaban en una bolsa de cartón provenían de donaciones a la Fundación, que 45.000 eran para el pago de refacciones en su vivienda y que los 50.000 dólares eran un préstamo de su pareja, Juan Tonelli Banfi, para pagar una maestría de su hijo.