Javier Iguacel, administrador general de Vialidad Nacional, contrató a la Escuela de Arte de la actriz Cecilia Maresca para mejorar su oratoria: una destreza que no parece esencial para su tarea (los caminos del país y las obras para mejorarlos, ya que tienen enormes carencias). Y no se trata de un rumor: lo demuestran las facturas -prueba irrefutable-, y el breve pero revelador testimonio de una recepcionista.
«Es cierto, toma cursos de Coach de Discurso (novedosa materia…), son cursos de oratoria», dijo. Pero la insistencia del periodista para ampliar el tema no tuvo éxito: «No puedo dar más información: es un tema confidencial», dijo la recepcionista y cortó.
No mintió: es una cuestión confidencial, pero no para los contribuyentes que pagan con sus impuestos el sofisticado aprendizaje del señor Iguacel…
Conviene recordar que Vialidad Nacional depende del Ministerio de Transporte que dirige Guillermo Dietrich, de quien depende una explicación que justifique lo injustificable, excepto que entre los planes del organismo Iguacel figure como un avezado actor de tribuna, no de escenario.
También es clave saber qué relación une a Iguacel con Cecilia Maresca, que además dirige una sala, Il Teatrino, instalada en su Escuela de Arte, y entre otros roles actuó en la telenovela «Perla negra» con Andrea del Boca, la figura más mimada y mejor paga por el gobierno K, y que también se dedicó a instruir políticos en el arte del verbo. Entre los más notorios, Francisco de Narváez.
Las facturas por 25.000 pesos que presenta la academia en cuestión y que paga el Estado, es ambigua: «Servicios de capacitación para el ingeniero Javier Iguacel». No es caprichoso ni aventurado preguntarse si la capacitación de un funcionario caminero exige bella oratoria en lugar de dominio de su área: mejorar todo aquello que tanto deterioro presenta, y que tantos accidentes provoca, con muertos y heridos como doloroso balance.
También habló sobre este caso con César González, secretario general del Sindicato de Vialidad Nacional. Respuesta: «Ningún funcionario nuestro toma cursos de oratoria. Si alguien quiere aprender eso, no debe ser pagado por el Estado».
Iguacel es un militante del PRO que llegó a su cargo después de postularse como intendente de Capitán Sarmiento y perder contra Oscar Ostoich en octubre del año pasado. Antes ejerció una larga carrera petrolífera que empezó en YPF. Renunció en los 90, cuando fue privatizada, y siguió en Pecom y Pluspetrol antes de empezar en el mundo político. Apenas entró a Vialidad, denunció ante la justicia contratos de obra pública adjudicados a Lázaro Báez, que habrían sido otorgados de modo irregular. ¿La oratoria preanuncia una nueva incursión de Iguacel en la política?
La página web de la Escuela de Arte Cecilia Maresca explica así el carácter de esos cursos: «Dado que el trabajo del orador es de ‘exposición’, nos serviremos de las técnicas de entrenamiento actoral para su desarrollo. Lo haremos de manera tal que sea ‘efectivo’ a los fines prácticos de la oratoria en sí misma, dejando de lado lo netamente ‘teatral’ (necesario sólo para actores profesionales) Abordaremos insistentemente los ejercicios que nos permitan ‘soltarnos’ y jugar con nosotros mismos frente al público. Utilizamos la palabra ‘jugar’ no sólo en su plano ‘formal’ sino en su aspecto más amplio, que es el de ‘buscar’ cosas nuevas. No nos olvidemos que el ‘juego’ es el primer lenguaje a través del cual el ser humano ‘conoce’ al mundo». Desde luego, al alto precio que recae sobre las espaldas del Estado…
«En nuestro gremio hay trabajadores que cobran alrededor de ocho mil pesos de salario mínimo -protesta González-. El ingeniero pagó con fondos estatales el equivalente de tres sueldos mínimos para aprender a hablar. El sueldo promedio de los trabajadores de Vialidad es de quince mil pesos. Es un gasto superfluo e injustificado que supera lo que ganamos los laburantes por mes».