El vecino de Villar Cataldo confirmó el relato del doctor ante la Justicia y reveló que alguna vez lo vio dejaba el arma en el cantero de su casa.
Llegó del trabajo, saludó a su vecino y se metió en su casa. Pocos segundos después escuchó gritos y varios disparos. Nunca imaginó que su relato se transformaría en una pieza fundamental de la causa por homicidio contra Lino Villar Cataldo (61), el médico que mató a un ladrón durante un asalto en Loma Hermosa, partido de San Martín.
El vecino de Villar Cataldo declaró ante los investigadores y confirmó el relato del doctor, a quien conoce desde 1982. Según figura en el expediente, al que tuvo acceso Clarín, el hombre contó que estaba dentro de su casa cuando sintió un grito fuerte desde la calle.
Luego, escuchó que alguien decía: «Te voy a matar, hijo de puta, te voy a prender fuego». El testigo confirmó que esas palabras fueron pronunciadas por el ladrón. «A preguntas sugeridas por la defensa para que diga si reconoce las voces de los gritos, dice que el primer grito era de Lino, las amenazas y los insultos, no, no eran de Lino y no los reconoció», figura en el declaración que brindó ante los investigadores.
Después, siempre según su declaración, el vecino miró a través de la ventana y vio que el auto del médico estaba en la vereda de enfrente, aunque la oscuridad y la perspectiva no le permitió observar la secuencia en detalles. «Al instante escuché dos o tres disparos de arma de fuego, todos seguidos», aseguró el testigo.
Su relato coincide con el brindado por Villar Cataldo. Incluso contó que cuando salió y fue hasta la casa del médico, lo encontró «levantándose los pantalones para verse la lastimadura», en relación a las lesiones que -según contó el doctor- le provocó el asaltante, Ricardo «Nunu» Krabler (24), al atropellarlo con su auto tras golpearlo con la culata del arma en la cara.
Por último, el testigo habló sobre la pistola 9 milímetros con la que el médico mató al ladrón. Aseguró que su vecino la había comprado por cuestiones de seguridad y que incluso una vez lo invitó a tirar. «Dice que un par de veces, cuando el médico salía de su consultorio, el deponente lo acompañó a sacar el auto, lo ayudaba, por ejemplo, a sacar cosas del baúl, mientras que él dejaba el arma en un cantero que queda al lado del portón, todo eso por cuestiones de seguridad».
Su declaración coincide con la explicación que dio el médico sobre cómo tomó el arma para disparar contra el ladrón, luego de las versiones policiales que habían indicado que había entrado a su casa para agarrar la pistola 9 milímetros. «Le juro que el arma estaba en el cantero», respondió ayer Villar Cataldo al ser consultado por el periodista Eduardo Feinmann, en el programa Animales Sueltos, tras su liberación.
Villar Cataldo fue liberado tras ser beneficiado con una excarcelación extraordinaria por cuestiones de salud y con una fianza de un millón de pesos, ya que está acusado de un delito que no prevé la libertad, como es el «homicidio simple».
Clarín.