Crimen en Mendoza: un hombre mató a su pareja, a su cuñada y a su suegra

Policiales

El hecho ocurrió en una casa del barrio El Trapiche, ubicado en Godoy Cruz (Gran Mendoza). El autor fue identificado como Daniel Zalazar, de 30 años e instructor de artes marciales. Fue detenido.


Un niño de 9 años, que también resultó herido, fue quien dio aviso de la masacre. Cuando los efectivos de la Policía llegaron al lugar se encontraron con las tres mujeres mayores sin vida. La bebé falleció en el hospital pediátrico Humberto Notti, de la capital mendocina.

Según explicó el ministro de Seguridad de Mendoza, Gianni Venier, el homicida había dejado el gas abierto y una vela encendida en el momento de abandonar la escena del crimen.

Según indicaron desde la Fiscalía que interviene en la causa, el homicida usó armas blancas y de fuego para perpetrar el crimen. Pero el ministro de Seguridad también aportó que utilizó sus conocimientos de artes marciales para reducir a las víctimas.

«Papá mató a mamá», fue la frase que, según Venier, dijo el nene cuando llamó a un familiar para dar aviso del cuádruple crimen, y éste se comunicó con el 911. Para ese entonces, el asesino ya había desistido de la búsqueda del niño, único testigo del hecho, y se fue del lugar.

En la zona hay manchas de sangre que confirman que el homicida estaba buscando al nene para ultimarlo, pero el pequeño se escondió en el baúl de un auto y por ello salvó su vida.

Aún no trascendieron los nombres de las víctimas fatales, pero son tres mujeres de 30, 45 y 90 años, aproximadamente, además, todavía luchan por su vida un hermano del chico, de 11 años, y una beba de 10 meses, hija de Zalazar, pero cuya paternidad el experto en artes marciales ponía en duda. Precisamente eso había ido a discutir ayer, apenas unos minutos después de las 7. Terminó apuñalándolos a todos.

Zalazar huyó de la zona en un VW Gol color gris y la ropa ensangrentada. Se montó un operativo para encontrarlo y fue detenido por la Policía cuando llegó al hospital Central de la capital provincial para ser asistido.

Según informaron a Clarín fuentes de la investigación, cuando Zalazar fue a hacerse a atender al hospital, evitó la guardia (hay más policías) y fue directamente al primer piso. Llegó con la mano ensangrentada y les dijo a los médicos que habían intentado asaltarlo.

Los médicos avisaron a la Policía y se montó un operativo con mucha cautela, ya que se trataba de un hombre peligroso por el conocimiento de artes marciales.

Cuando los policías llegaron, vieron que tenía las características físicas del hombre buscado por el cuádruple crimen. Lo entrevistaron, pero nunca reveló su identidad. De todas maneras, lo llevaron detenido a la Oficina Fiscal 4.

 

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