Según fuentes oficiales, Macri y su familia tendrán el viernes libre: hasta ahora no hay actividad en agenda.
Con su hija Antonia en brazos, Mauricio Macri entró pasadas las 7 de la mañana hora local al coqueto Hotel De Russie, donde se alojará durante su estadía en Roma, y enfiló hacia su habitación del quinto piso.
El Presidente aterrizó en la capital italiana a las 6.31 (1.31 hora argentina) en el vuelo regular de Alitalia. Lo hizo acompañado por su mujer, Juliana Awada, y su hija, Valentina; el secretario Legal y Técnico, Pablo Clusellas; el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo; el secretario de Culto, Santiago de Estrada, y su segundo, Alfredo Abriani.
Desde temprano, en el lobby del De Russie, a metros de la Piazza del Popolo, esperaba al mandatario Giorgio De Lorenzi, presidente de la Societá Italia Argentina y uno de sus mejores amigos desde la infancia. Según contó a un par de integrantes de la delegación argentina, De Lorenzi le preparó a la familia presidencial cinco kilos de mozzarela para llevarse de regreso a Buenos Aires.
Macri se encontrará en privado con el Papa Francisco en el Estudio Anexo del Aula Paulo VI del Vaticano, en lo que será la reunión más esperada por la comitiva presidencial. La cumbre será estrictamente familiar. Agustina, la hija mayor del mandatario que vive y trabaja en Europa y que llegó con antelación a la capital italiana -es parte del equipo del director Oliver Stone-, también participaría del encuentro con Francisco. Según explicaron, tras el saludo familiar, el Papa y Macri hablarán a solas.
Tanto desde el Gobierno como desde el Vaticano «trabajaron para que el encuentro entre ambos sea bueno», según las fuentes. La expectativa de Casa Rosada pasa por dejar definitivamente atrás la foto de febrero, después del primer encuentro entre ambos mandatarios y del gesto adusto de Francisco. Se espera que Macri brinde una conferencia de prensa en la sede de la embajada ante la Santa Sede después de la cumbre.
Fuentes cercanas al Sumo Pontífice aseguraron a este medio que el Papa «no tiene ningún problema con el Presidente», y se quejaron de que las noticias llegan distorsionadas a Buenos Aires. En ese sentido, las quejas recayeron sobre algunos supuestos voceros del Vaticano.
Mañana por la tarde, en tanto, el Presidente se reunirá por la tarde en el Hotel Meliá con los embajadores argentinos ante la Unión Europea. Por la noche, aún a la espera de la confirmación oficial, el jefe de Estado volaría en helicóptero junto a su mujer hacia Florencia para cenar con Mateo Renzi, premier italiano. El domingo por la mañana, Macri participará de su último evento oficial en Roma: la misa en la que Francisco canonizará a Brochero, el primer santo nacido y fallecido en la Argentina.