La doctora Mirta Ciocca, médica Hepatóloga Pediátrica del Hospital Alemán de Buenos Aires brindo los siguientes datos de cómo se puede detectar la enfermedad a tiempo en infantes y cuál es el tratamiento que se sigue.El cáncer hepático incluye los denominados tumores hepáticos malignos, que son poco frecuentes en la edad pediátrica.
Existen varios tipos, pero hay dos que son los principales por su frecuencia: el hepatoblastoma y el hepatocarcinoma. Tienen características diferenciales en cuanto a la edad de presentación, tratamientos y evoluciones.
El hepatoblastoma es el más frecuente, representando el 80% de todos los tumores hepáticos malignos. El 95% de este tipo se presenta en menores de 5 años, predominando en los varones.
El hepatocarcinoma, menos frecuente, se observa entre los 15 y 19 años (el 87%). Este tumor puede presentarse en niños con cirrosis de diversas causas, en un 25% de los casos, el 75% restante suele hacerlo en pacientes con hígado sano.
En relación al hepatoblastoma, que como decía, es el más frecuente, y se observa predominantemente en niños pequeños, suele reconocerse por intermedio de la palpación abdominal, realizada por el pediatra de cabecera del niño. Luego el aporte de estudios de laboratorio, de imágenes y aún la biopsia, pueden confirmar el diagnóstico de certeza.
Es fundamental que estos pacientes sean atendidos en un centro de alta complejidad, con un equipo multidisciplinario integrado por hepatólogos, oncólogos, cirujanos especializados en cirugía hepatobiliar y trasplante hepático, con el respaldo de un laboratorio, servicios de imágenes y anatomía patológica idóneos.
Tratamiento
El tratamiento va a depender de las características y extensión del tumor. El equipo tratante va a definir el esquema de tratamiento quimioterápico y la opción quirúrgica más adecuada.
El pronóstico, por supuesto, dependiendo fundamentalmente de la extensión del tumor, suele ser alentador, pudiéndose obtener una sobrevida a largo plazo del 85-90%.