Entre los cinco efectivos está el jefe de la seccional. Les sacaban las piezas a los autos secuestrados para luego venderlas.
Los negocios ilegales en las fuerzas policiales tienen una diversificación audaz y a esta altura ya casi que dejan de sorprender. A los numerosos casos detectados en los últimos meses en la Bonaerense se sumó hoy otro que engrosa la lista: un comisario y cuatro agentes –dos de ellos retirados– fueron detenidos por la Gendarmería Nacional, acusados de haber montado un desarmadero en el depósito judicial de una seccional.
La comisaría en cuestión es la 4° de José León Suárez, partido de San Martín. El Ministerio de Seguridad que conduce Cristian Ritondo ordenó inmediatamente el desplazamiento de los sospechosos.
Se trata del comisario Daniel Víctor Sánchez, del oficial subinspector Raúl Alfredo Madruga y de la oficialsubayudante administrativa Mariana Soledad Luna, informaron a Clarín fuentes de la investigación.
Los otros dos agentes son retirados. Se llaman Horacio Raúl Díaz y Hugo Enrique Báez.
La investigación, a cargo de los fiscales Verónica Pérez y Andrea Andoniades, determinó que estos policías habían armado un esquema del que también participaba el dueño de un taller mecánico, que está prófugo. Por eso requirieron sus capturas al juez de Garantías Mariano Porto. Les imputan integrar una asociación ilícita.
Pérez fue hasta hace dos semanas el jefe de la comisaría, cuando lo trasladaron a la de Villa Concepción, también en San Martín, por esta denuncia. Ahora lo desplazaron preventivamente.
La prueba que los incriminó fue el hallazgo de airbags pertenecientes a autos de alta gama que habían sido secuestrados en operativos policiales. Se los habían quitado y los escondieron en un camión. Cuando los cotejaron coincidían con los números de serie originales. También se desguazaban otras piezas y el mecanismo era similar: desarmaban en la comisaría y luego comercializaban las partes.
En los allanamientos, concretados por gendarmes de Campo de Mayo, se secuestraron los libros de guardias y los legajos de los vehículos secuestrados que permanecían en el depósito judicial.
Esta comisaría es la misma que el 30 de octubre de 2013 fue quemada por familiares y amigos de Enzo Ledesma, un chico de 13 años que fue acribillado de dos tiros.
Los vecinos habían llegado allí a pedir la detención del asesino. Primero, los manifestantes empezaron a tirar piedras contra los vidrios de la seccional, le arrancaron las puertas y le pintaron el frente. Enseguida pasaron a destrozar todo lo que pudieron: incendiaron un patrullero, un móvil de traslado de detenidos, unos 10 coches particulares, un camión, un motorhome y 90 motos que estaban secuestradas en un galpón policial. La comisaría está ubicada en Márquez 402.