Tamara tiene 20 años, hace una semana su pareja la roció con nafta y la prendió fuego. Una semana después su madre radicó la denuncia en la comisaría Primera, el agresor de la joven se entregó en la Fiscalía de Tres Isletas al salir este caso a la luz.
Tamara tiene 20 años. Desde hace ocho meses convivía con con su pareja en la localidad de Tres Isletas.
Alquilaban y ella estudiaba. El lunes de la semana pasada él pasó por ella al colegio y la llevó al departamento. “Estaba enojado, no era como otros días. Cuando llegamos yo fui a bañarme y él se puso a revisar una computadora mía y comenzó a gritarme por unas fotos mías que él quería borrar. Discutimos, yo no le di mucha importancia pensando que se le iba a pasar.”, relató Tamara sobre cómo había empezado la discusión.
Posterior a ello la joven se viste y debido a que su novio no terminaba con la discusión ella se dispone a irse. Pero él la detuvo en la puerta y la amenazó con tirarle nafta. Ella regresó al comedor y él tiró el contenido del bidón sobre ella e inició el fuego con un encendedor. “Tenía fuego en mi brazo. Se me quemaban las piernas. Yo me apagaba con la mano, me fui al baño para intentar apagarme el fuego. Él parece que se asustó y me quería ayudar. Pero en un momento parecía que quiso escaparse y como no pudo abrir la puerta empezó a gritar, rompió el mosquitero y sacó por la ventana. Antes de sacarme me dijo “no me denuncies. No me involucres, decí que fue un accidente porque no quiero ir preso”. Así continuó el relato de Tamara que se encuentra postrada en la cama de donde casi no puede moverse.
Al terrible hecho le siguen circunstancias aún perores como la mala atención en el Hospital de Tres Isletas. “Como la ambulancia no venía él me llevó en moto. Allá me atendieron dos enfermeras y una doctora, me limpiaron y me vendaron. Me taparon con una cortina. Cuando él la llama a mi mamá y le cuenta, me van a buscar y me ven en ese estado mi mamá pide urgente para trasladarme a Sáenz Peña, pero no me podían dar el alta porque la Doctora dormía y se tenía que levantar recién al otro día. Mi mamá entonces firmó un papel pero no me dieron ni suero, ni medicamento ni nada, me vine así no más en el auto”.
Ahora Tamara está en la casa de su madre en su cama sin poder moverse. Allí recibe las curaciones diariamente y espera que se haga justicia.
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