El empresario Lázaro Báez, detenido desde abril pasado por orden del juez Sebastián Casanello, tiene en su poder muchas más propiedades que las que había declarado ante las autoridades impositivas.
Desde que se aceleró la investigación sobre el patrimonio de Báez, aparecieron decenas de propiedades que no habían sido declaradas ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) pero que el empresario tenía a su nombre o al de personas o sociedades vinculadas que no habían sido asentadas en los registros.
Según publicó el diario Clarín, en base a los cálculos del Tribunal de Tasaciones de la Nación, el empresario tiene propiedades valuadas en $2250 millones. Pero hay más: el fiscal Guillermo Marijuán, quien junto a Casanello investiga el caso conocido como «La ruta del dinero K» halló nuevas propiedades que pertenecen a Báez de manera directa o indirecta.
El hallazgo de las nuevas propiedades que para la justicia son de Báez, se produjo a partir de la información obtenida en el allanamiento que se hizo en la escribanía de Leandro Albornoz en Río Gallegos. Esa escribanía de Río Gallegos fue la preferida de Báez y de buena parte de quienes ejercieron el poder durante el kirchnerismo a la hora de hacer trámites. Allí se encontró información sobre sociedades que se atribuyen a Baéz.
Es por eso que una delegación encabezada por Marijuán viajó a Santa Cruz para realizar allanamientos con vista a la tasación de esos inmuebles. Integrantes del Tribunal de Tasaciones de la Nación se sumaron al operativo.
En los próximos días se tasarán 14 estancias de Báez cuyos valores no fueron calculados aún. Y además dos terrenos en El Calafate, uno en El Chaltén y unas 13 propiedades en la capital de Santa Cruz, Río Gallegos. Entre las últimas se encuentran las nuevas que fueron halladas hace poco tiempo por los encargados de determinar cuál es el verdadero patrimonio del empresario que amasó su fortuna a costa de recibir una millonaria obra pública vial durante el kirchnerismo.