Se trata de 208 cajas con papeles, videos y audios con datos sobre el atentado que nunca formaron parte de la investigación judicial. Se suman a otro material encontrado en 2015.
La historia de secretos y ocultamientos en la causa AMIA, y sus vínculos con el submundo del espionaje, parece no tener fin. Hace tres semanas se descubrió un nuevo y voluminoso archivo con material de la investigación sobre el atentado, ocurrido en 1994, que nunca había sido puesto a disposición de la Justicia. Estos se suman a los depósitos secretos con material del caso que habían sido detectados en 2015.
El 17 de octubre, un informe de la UFI AMIA describió el trabajo que realiza la unidad para relevar tres voluminosos archivos de inteligencia que nunca habían sido incorporados a la causa durante la etapa en que Alberto Nisman estuvo a cargo del caso. En paralelo a esa presentación se dio el nuevo hallazgo, que no fue revelado en el texto producido por los fiscales Roberto Salum, Sabrina Namer y Leonardo Filippini.
El citado informe mostró los avances en el relevamiento de tres conjuntos de documentos, guardados en tres depósitos secretos durante años –algunos de ellos en pésimas condiciones–. Fueron identificados y desclasificados en 2015, durante la gestión de Oscar Parrilli al frente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y en colaboración con los fiscales que reemplazaron a Alberto Nisman tras su fallecimiento. A ellos se suma ahora otro conjunto de papeles, vídeos y audios de material secreto. “Se había completado la clasificación de unas 205 cajas de los documentos detectados en 2015 cuando aparecieron estas 208 nuevas; estamos en -3”, lamentó una fuente al tanto del trabajo. Además, esta misma fuente indicó que aquellas 205 cajas son sólo una fracción de lo que se detectó hace un año.
Las cajas que aparecieron hace menos de un mes pertenecen a la Dirección de Inteligencia Antiterrorista de la ex SIDE y su estado es, en relación con el resto de los materiales detectados, “intermedio”. Así lo indicó una fuente al tanto del trabajo de la UFI.
El Grupo Especial de Relevamiento y Análisis Documental (Gerad), que trabaja bajo la dirección del coordinador de la UFI, Juan Patricio Murray, será el responsable de relevar su contenido. En el pasado, el grupo pudo detectar material relevante para la investigación.
Por ejemplo, entre los archivos desclasificados en 2015 se encontraron videos de las autopsias. Allí los fiscales detectaron que se había realizado un meticuloso trabajo para guardar las esquirlas encontradas. Gracias a dicha constatación, los fiscales pudieron rastrear el material, que estaba en un depósito de la Policía Federal y nunca había sido incorporado a la investigación.
Buscan reconstruir la escena
El trabajo sobre los documentos, la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense y el relevamiento de material biológico que nunca había sido estudiado buscan reconstruir la escena de un crimen en masa ocurrido hace 24 años. El ambicioso objetivo es lograr un mapa en tres dimensiones, donde se pueda identificar el lugar donde fue hallada cada víctima mortal y cada uno de los elementos, como las partes de la presunta camioneta Trafic que utilizó el suicida. Así, los fiscales buscan poner a prueba la teoría del atacante que se inmoló, según sostenía Alberto Nisman antes de su fallecimiento.
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