La legislatura aprobó por ley la Creación del Programa de Seguridad Hospitalaria

Sociedad

Fue aprobado por unanimidad el proyecto de Ley 2838/14 impulsada por el diputado Rubén Guillón y agregados 4764/14 de Mariana Salom y Elba Altamiranda (mc); y 3362/15 de Elda Pértile, por el que se crea el programa de Seguridad Hospitalaria.

El programa tiene como fin brindar al personal hospitalario, las condiciones de seguridad adecuadas para el desenvolvimiento de las tareas a su cargo, el programa incluye la seguridad de los bienes destinados a la atención de la salud pública.
El Ministerio Gobierno, Seguridad y Justicia tendrá que elaborar el Protocolo de Actuación destinado a los agentes dependientes de la Policía del Chaco asignados a resguardar la seguridad en los establecimientos sanitarios, definiendo la cantidad de agentes de acuerdo a la complejidad y organización interna de cada hospital.
Los agentes asignados al Programa de Seguridad Hospitalaria, deberán recibir la capacitación específica por parte de la autoridad de aplicación de esta ley, a fin de poder realizar el adecuado cumplimiento de su función de prevención y control de la violencia contra el personal y los bienes del servicio hospitalario de salud pública.
También esta ley aprobada prevé equipar los establecimientos hospitalarios con cámaras de seguridad y monitoreo, sensores en puertas, botón antipánico y todos aquellos elementos que se consideren necesarios para desarrollar las tareas de prevención y control de la seguridad pública en dichos establecimientos.

La autoridad de aplicación será el Ministerio de Gobierno, Seguridad y Justicia, quien actuará en forma conjunta con el Ministerio de Salud Pública para la adopción de las medidas emergentes del Programa de Seguridad Hospitalaria.

Se constituirá una comisión de seguimiento y control de cumplimiento de la finalidad de la presente ley, integrada por representantes de los hospitales y del Ministerio de Gobierno, Seguridad y Justicia, conforme lo disponga la reglamentación para la correcta aplicación de la presente norma y para la aprobación de modificaciones y actualizaciones al Protocolo de Actuación, ajustándolo a cada situación local.
“La seguridad hospitalaria puede definirse como todas aquellas medidas que tienen como función prevenir accidentes proporcionando un medio ambiente seguro, control de infecciones, control de riesgos potenciales, control de zonas restringidas, señalización, transporte de enfermos, control de armas, previsión de actos violentos y autoagresión, procedimientos de seguridad, control de visitantes, identificación del personal autorizado, ingreso y egreso de pacientes con énfasis en los recién nacidos.

Por otro lado la violencia puede entenderse como la imposición de la fuerza con el fin de lesionar o abusar incluyendo la violencia verbal, armada y el acoso sexual. Su incidencia ha ido en incremento en las instituciones de salud en los últimos años.

Está demostrado que el área más frecuentemente afectada por el flagelo de la violencia dentro de los hospitales es el servicio de urgencias, debido a la convergencia de factores predisponentes como pacientes con comportamientos violentos, psiquiátricos, armados, bajo el efecto de sustancias, víctimas de la violencia o generadores de la misma, visitantes o familiares con actitudes agresiva; la infraestructura hospitalaria como la ubicación de salas de trauma, triage y hospitalización, esperas a veces prolongadas, situaciones traumáticas a las que se ven abocados el paciente y su familia entre otras.
Ante esta cotidianidad los profesionales de la salud que allí desempeñan su tarea, han aceptado estos hechos como un elemento inherente a su trabajo, no registrando los eventos violentos como tal y permitiendo que los hospitales subestimen el control de la violencia como una prioridad en los servicios de salud. Las agresiones al personal de salud tienen repercusiones laborales, ya que hay predisposición a padecer depresión mayor, sentimientos de inseguridad, ataques de pánico, facilitando conductas evasivas con el uso de psicotrópicos y alcohol, disminuyendo la productividad y el desempeño integral del individuo.

Garantizar la seguridad pública es una tarea indelegable del Estado que involucra a los tres Poderes institucionales que lo componen. El problema no es de resolución inmediata por lo que es indispensable una política pública que lo aborde en el mediano y el largo plazo, haciéndose también imprescindible una acción política que atienda el corto plazo para atender los innumerables hechos que afectan el día a día a la ciudadanía e instituciones públicas.
El problema planteado de la inseguridad es complejo y obedece a una multiplicidad de causas concurrentes, es así que no puede ser abordado de forma simplista. Su interpretación requiere despojarse de conveniencias sectoriales, que analice la realidad en su complejidad. Se debe actuar de inmediato poniendo acento en la prevención y concientización de los actores para elaborar políticas sociales integradoras.
Según datos de organismos internacionales, el equipo de salud está expuesto cuatro veces más a hechos de violencia, si se lo compara con otras profesiones o actividades. No existe una estrategia universal para prevenir la violencia puesto que los factores de riesgo varían en los distintos sectores de trabajo. Esto pasa porque hay agresión en toda la sociedad y el hospital público es una institución social clave, máxime si se tiene en cuenta que funciona con una modalidad de guardia de 24 horas de atención los 365 días del año.
Las agresiones cometidas por pacientes y familiares contra los profesionales de la salud, son cada vez más graves en la Argentina. Hasta hace algunos años el equipo de salud era insultado, hoy es empujado, golpeado y amenazado con armas blancas y de fuego.
Los agentes de salud más afectados son los que atienden por guardia y los que salen en las ambulancias, pero también hay ataques en los consultorios y hacia el personal que tiene contacto directo con los pacientes como así también el riesgo puede afectar a los usuarios que concurren a la institución. Estos episodios de violencia si bien pueden ocurrir en cualquier sitio del establecimiento, son más frecuentes en salas de urgencias, salas de espera y salas de atención de usuarios de salud mental.

La violencia en el lugar de trabajo, abarca desde el lenguaje ofensivo o amenazador hasta el homicidio, y también los actos violentos incluyendo las agresiones físicas y las amenazas de agresión dirigidos a las personas que trabajan o están de turno” fundamentó Guillón.