Para no perdérselo: preparate para ver la luna más grande de los últimos 70 años

Interesante

Será el lunes. El satélite se acercará unos 50 mil kilómetros a la Tierra. La luna estará un 14% más cercana y un 30% más brillante. El próximo lunes se podrá observar la luna más grande y brillante de los últimos 70 años. El astro se acercará unos 50 mil kilómetros a la tierra.

El director del Observatorio Astronómico de Santa Fe, Jorge Coghlan, señaló que visualmente “no se notará nada extraordinario”. “Las noticias exageran un poco. Como la luna tiene una órbita ligeramente elíptica, tiene un alejamiento y un acercamiento de unos 50 mil kilómetros de la tierra”, indicó.

 

El profesor explicó que cuando este acercamiento sucede en luna llena, está un 14% más cercana y un 30% más brillante, “es un cálculo astronómico”. “Va a ser una luna muy linda e interesante para contemplarla, especialmente para los enamorados”, bromeó el profesor.

 

El tamaño de la luna por el horizonte de este lunes, siempre que el tiempo lo permita, será el más grande divisado a simple vista hasta ahora desde el 14 de enero de 1930.

 

Este tamaño aparente y excepcional de la Luna depende de varios factores. El primero, y el más obvio, es la fase lunar. Durante la luna llena es cuando el Sol ilumina completamente la cara visible del satélite y se ve más grande. El segundo factor a tener en cuenta es la órbita lunar: La Luna no gira alrededor de la Tierra en una trayectoria circular, sino elíptica, de forma que, periódicamente, se encuentra más cerca —y se ve más grande— en un punto denominado perigeo. A los 14 días y medio, la Luna se aleja hasta su apogeo, por lo que su tamaño aparente se reduce bastante (hasta un 14%). Y así, cíclicamente.

 

La luna llena más grande de tu vida

El tercer factor es la posición del observador en la superficie de la Tierra. Cuando la luna está justo encima de nuestras cabezas, ésta se encuentra unos 6.000 kilómetros más cerca que durante la salida y la puesta del astro, por lo que se ve más grande. Y, sin embargo, se produce la paradójica situación de que nuestro cerebro engaña a nuestros ojos, de tal forma que a nosotros nos parece mucho más grande cuando sale por el horizonte. Se piensa que es la comparación con los objetos del propio horizonte (una grúa del puerto, la torre de la fábrica de cemento, etc.) lo que provoca este engaño óptico —denominado ilusión lunar—, y no la difracción atmosférica, como muchos creen.

 

Pero, ¿por qué esta luna es excepcionalmente grande?

 

La explicación es fácil. Los tres fenómenos mencionados coinciden en la tarde del 14 de noviembre. La primera circunstancia, y con mucho, la más importante, es que desde 1948 la Luna nunca había estado —en su perigeo o máxima aproximación—, tan cerca de la Tierra (a 356.511 kilómetros, para ser precisos, otra vez).

Pero es la coincidencia con la segunda efeméride astronómica la que hará excepcionalmente enorme a nuestra luna: y es que apenas dos horas más tarde de la máxima aproximación de los dos astros, ¡tenemos luna llena!

 

Las superlunas son relativamente frecuentes. Más o menos se producen una o dos cada año. Pero lo que realmente marca la diferencia en esta ocasión, es el grado de “coincidencia”: Los científicos sabemos que perigeo y luna llena son efemérides astronómicas que se producen en momentos muy, muy precisos (día, hora, minuto, segundo…) que hacen que la coincidencia (exacta) de los dos eventos sea literalmente imposible. Por este motivo, es en realidad la corta separación temporal entre los dos eventos (apenas dos horas), a lo que se añade la extraordinariamente corta distancia espacial Tierra-Luna, los que hacen que este fenómeno sea realmente excepcional.

 

 

Hace unos 70 años, el mediodía del 26 de enero de 1948, la Luna estuvo unos 51 ridículos kilómetros más cerca de la Tierra que en esta ocasión. Sin embargo, el plenilunio se produjo las 7 de la mañana, por lo que, cuando los malagueños de entonces vieron salir la luna, ya no era completamente llena (99,4%). En este caso ocurre lo contrario. La luna llena alcance su plenitud dos horas después del perigeo, a las tres de la tarde, y apenas tres horas antes de salir. Por este motivo, en su salida estará más llena (99,7%), su tamaño aparente será mayor que en el 48 y, casi con toda probabilidad, será la mayor luna que jamás hayan visto ustedes.

 

¿Debemos temer algo?

 

Desde luego que no. Si sólo tenemos en cuenta la física del fenómeno, apenas hay cambios, por ejemplo, en la fuerza gravitatoria que ejerce el satélite entre el perigeo y el apogeo lunar (la variación respecto al peso de una persona normal sería inferior al peso de una mosca). Tampoco hay ondas electromagnéticas dañinas en este fenómeno: tal vez el elevado brillo lunar pueda causar algo de insomnio a los más proclives, pero nada más. Las mareas si serán algo más pronunciadas en este día, aunque hacen falta muchas ecuaciones para explicar con precisión el porqué. Y donde no me atrevo a hurgar es en cómo la superluna afecta al comportamiento de las personas y animales. Como soy científico, ahí no me meto.

 

En la práctica, ¿qué vamos a ver?

 

La diferencia de tamaño con otra luna llena puede ser de hasta el 14% en diámetro y un 30% en brillo, por lo que la diferencia debería ser apreciable a simple vista. Además, el sol se habrá puesto unos 30 minutos antes, haciéndola muy llamativa (como lo es la salida de cualquier luna llena, por cierto). Pero, advierto, tampoco será para tirar cohetes. Como sucede con la mayor parte de los acontecimientos astronómicos que veremos en nuestra vida, la espectacularidad es relativa y la emoción es una componente completamente subjetiva. Que estamos ante un acontecimiento único es científicamente irrebatible. Que le conmueva o no, eso es cosa suya.