Unas 250.000 personas que viven en los barrios rebeldes están sitiadas desde hace más de tres meses.
Las últimas raciones alimentarias están siendo repartidas entre los habitantes asediados de los barrios rebeldes del este de la ciudad siria de Alepo, donde no ha podido llegar ayuda desde mediados de julio, señaló el jueves la ONU, llamando a las partes a autorizar la entrega de ayuda humanitaria.
«Las últimas raciones alimentarias están siendo distribuidas en el momento en el que hablamos», declaró Jan Egeland, que dirige el grupo de trabajo de la ONU sobre la ayuda humanitaria.
«No habrá nada más para repartir la próxima semana», agregó durante una conferencia de prensa.
Las 250.000 personas que viven en los barrios rebeldes de Alepo están sitiadas desde hace más de tres meses por las fuerzas del presidente sirio Bashar al Asad.
La ONU no ha logrado hacer llegar ayuda desde julio pasado, a pesar de las diferentes treguas observadas por las fuerzas sirias y rusas debido a la ausencia de luz verde de las partes en el terreno, explicó Egeland.
Jan Egeland anunció que la ONU lanzó la semana pasada «una nueva iniciativa» en cuatro puntos para Alepo del este.
Se trata de que todas las partes autoricen la entrega de ayuda médica; la asistencia humanitaria, la evacuación de 300 enfermos y heridos y la entrada de personal médico en esa parte de la ciudad.
«Necesitamos la luz verde de todas las partes en el terreno. Necesitamos garantías de seguridad», destacó Egeland, que precisó que 20 camiones esperaban en la frontera turca.
«Las consecuencia de una no asistencia» serán «tan catastróficas que no puedo ni siquiera imaginarlo», afirmó.
Negar permiso para la entrega de ayuda significa «hambrear» a 250.000 personas, agregó.
«Se trata de la peor crisis humanitaria, crisis de refugiados y conflicto desde hace una generación», dijo Egeland.
«Necesitamos un compromiso total e ininterrumpido de Estados Unidos en Siria», declaró Egeland cuando se le preguntó sobre la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.