Las “ciudades santuario” se oponen a los planes de Trump.
Nueva York y otras «ciudades santuario» para inmigrantes como Chicago y Los Ángeles se han rebelado y prometen combatir el plan de deportación de indocumentados del presidente electo, Donald Trump.
Frente a los planes de Trump de deportar indocumentados en cuanto llegue a la Casa Blanca el 20 de enero, alcaldes, gobernadores y jefes de Policía de varias ciudades han alzado la voz para asegurar que protegerán a los inmigrantes.
El alcalde demócrata de Nueva York, Bill de Blasio, se reunió ayer miércoles con Trump y le advirtió que hará «todo lo posible» para defender a los indocumentados.
«Le reiteré que esta ciudad y otras ciudades a través del país harán todo lo posible para proteger a nuestros residentes y para asegurarnos que las familias no sean destrozadas», dijo De Blasio tras reunirse en la Trump Tower con el presidente electo.
NYC, abierta a todos.
La promesa de Trump de deportar a entre dos y tres millones de inmigrantes indocumentados «va contra todo lo que era genial en Nueva York», dijo De Blasio.
Nueva York «es la ciudad de los inmigrantes. El lugar que ha tenido éxito porque estuvo abierta a todos, el lugar construido por generación tras generación de inmigrantes», agregó el alcalde.
Hace unos días, De Blasio afirmó que si es necesario, la ciudad eliminará a fin de año la base de datos con nombres de cientos de miles de indocumentados que han recibido una tarjeta de identificación municipal y que podría servir al gobierno de Trump para identificar y deportar inmigrantes.
El estado de Nueva York inclusive implementó una hotline telefónica esta semana para la denuncia de crímenes racistas contra musulmanes, inmigrantes y negros.
«Si alguien siente que se encuentra bajo ataque, quiero que sepan que el estado de Nueva York —el estado que tiene a la Estatua de la Libertad en su puerto— es su refugio», dijo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, en una carta abierta tras el imprevisto triunfo electoral de Trump frente a la demócrata Hillary Clinton.
Resistencia nacional.
Declaraciones de rebelión similares han llegado de los alcaldes de Boston, Providence, Chicago, Nueva Jersey, Seattle, Filadelfia, Los Ángeles, San Francisco y Washington DC.
Durante su campaña, Trump prometió cortar los fondos federales a las «ciudades santuario», que según el conservador Centro de Estudios de la Inmigración son unas 300. También dijo que deportaría a los 11 millones de indocumentados que residen en Estados Unidos, en su mayoría mexicanos y centroamericanos.
Tras ser electo, afirmó que primero deportará a entre dos y tres millones de «criminales», «narcotraficantes» e «integrantes de pandillas» y luego verá qué hacer con el resto.
Defensores de los inmigrantes se alarman porque dicen que no hay evidencias de que existan dos o tres millones de indocumentados «criminales» en el país, por lo cual muchos inocentes o personas que han cometido delitos leves o de tránsito pueden terminar cayendo en esa bolsa.
«No vamos a sacrificar a ninguna de nuestras personas», aseveró el alcalde de Providence (Rhode Island), Jorge Elorza, hijo de inmigrantes guatemaltecos, citado por el diario The Boston Globe. (En base a AFP)
Niega que haya división y dice que los del Times son «tontos»
Donald Trump buscó ayer revertir la impresión de que existe un desorden generalizado en el proceso de composición de su futuro gobierno, del que hasta ahora solo se anunciaron dos funcionarios. Trump recurrió a Twitter para tratar de despejar los rumores sobre el desorden reinante. «En marcha un proceso muy organizado mientras decido sobre el gabinete y muchos otros puestos. ¡Soy el único que sabe quiénes son los escogidos!», expresó el mandatario electo en uno de sus mensajes.
La normativa vigente no establece un plazo para que un presidente electo divulgue su gabinete, aunque la práctica es que los nombramientos fundamentales se hacen en un plazo razonable para enviar al país un mensaje de tranquilidad. Para Trump, la idea de un caos generalizado en el proceso de formación del gobierno es responsabilidad del diario The New York Times, al que acusó de estar «decepcionado porque ahora lucen como tontos por la cobertura que hacen de sobre mí». Hasta el momento, Trump solo anunció que el presidente del Comité Nacional del Partido Republicano, Reince Priebus, será su jefe de gabinete, y que Steve Bannon será el jefe de estrategia y principal asesor de la Casa Blanca. Ayer, 169 legisladores demócratas enviaron una carta a Trump para que dé marcha atrás en la designación de Bannon.(AFP, EFE)