Se calcula que la compañía podría dejar de vender en torno a unos 20 millones de teléfonos y supondría dejar de ingresar hasta 15.300 millones de euros.
Samsung continúa sus pérdidas en la Bolsa de Seúl tras la retirada de su smartphone Galaxy Note 7 por los persistentes casos de combustión de estos terminales, aunque moderó su retroceso hasta el 0,65 por ciento.
En la víspera, Samsung se hundió un 8,04 % tras anunciar que congelaba las ventas de estos teléfonos y pedir que no se usaran. No en vano, se han conocido nuevos casos de combustión de aparatos que la empresa había entregado como reemplazo de los primeros teléfonos inteligentes defectuosos, que también se habían incendiado.
Poco después, el gigante surcoreano informó de que iba a dejar de fabricar definitivamente el Galaxy Note 7 por la continuidad de estas averías, lo que por el momento no ha tranquilizado a los inversores ante el previsible impacto del caso sobre los resultados de Samsung y su imagen de marca.
