Así lo afirmaron testigos recientemente. El sujeto sufre de esquizofrenia y luego de arrojar a su progenitor al riacho Arazá se paseaba con los restos por la zona en la que vivía.
El hombre, de 33 años, asesinó a su padre hace pocos días y lo arrojó al riacho Arazá en Barranqueras. La situación provocó consternación y asombro en toda la ciudad portuaria.
La víctima, un anciano de 82 años identificado como Luciano Argüello, fue sacado del agua por la División de Bomberos que encontró el cuerpo mutilado y lleno de cortes de machete, arma blanca que utilizó el asesino para terminar con la vida de su papá.
Los vecinos, en tanto, comunicaron que el hombre siguió su día como si nada luego del crimen. Llegó a su vivienda con la cabeza de su padre en la mano, jugaba con los perros de las inmediaciones y asustaba a los menores de edad que circulaban por el lugar.
