El ministro de Educación, Esteban Bullrich, intentó explicar el papelón internacional en el que quedó involucrada la Argentina luego de que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) decidiera excluir al país de las pruebas educativas PISA.
El funcionario aseguró que se cometió «un error grave» en la metodología empleada por el gobierno kirchnerista para tomar los exámenes, que se tradujo en «poco apego y compromiso con las estadísticas».
«Trabajamos desde que asumió el presidente Macri en el compromiso por la verdad. Y esto se parece a un país que no tenía compromiso por las estadísticas y la verdad. El país del Indec, que publicaba estadísticas que no eran verdad. No queremos que se construya un relato, mucho menos en la educación», declaró Bullrich en una conferencia de prensa que se realizó en Casa de Gobierno.
La Argentina quedó descalificada de la medición luego de que la Dirección de Educación y Habilidades de la OCDE detectara que se omitieron del muestreo escuelas que históricamente habían participado del test. El funcionario que estaba a cargo de los exámenes, Alberto Sileoni, dijo que no se manipularon los datos, sino que hubo colegios que fueron fusionados. Le trasladó esos argumentos al organismo internacional, pero no alcanzaron. La Argentina fue excluida del ranking junto a Albania, Kazajstán y Malasia.
El escalafón PISA tiene la particularidad de medir países y algunas ciudades por separado. Buenos Aires es uno de los distritos que es analizado en forma independiente a su Nación. Y a diferencia de lo que sucedió con la Argentina, la Capital Federal fue incluida en los rankings porque «sus resultados son comparables» con los de años anteriores. Sin embargo, también mostró una fuerte mejoría en ciencia (puesto 38°, con la misma cantidad de puntos que Croacia y Lituania), comprensión de textos (38°) y matemática (42°).
Bullrich evitó caerle a su predecesor en el cargo. Dijo que cree que no hubo «animosidad» en la conducta de la gestión anterior y se comprometió a subsanar las fallas metodológicas en la próxima prueba, que se realizará en 2018.
«Había que enviar datos de 13 mil escuelas y faltaron 3096. Hubo incompetencia, fallas. Hemos hecho una investigación en el Ministerio y no hubo animosidad. Las escuelas que no participaron no eran de una región específica, pero está claro que la muestra no era comparable», aclaró.
Su cartera se enteró de los problemas a mediados de año y realizó gestiones para que la Argentina no fuera sancionada. Pero no hubo caso. Además, se enviaron los datos a dos organismos internacionales que ratificaron la exclusión.